El Pico de Paloma (Lotus berthelotii), conocido también simplemente como loto o pico de loro, es una especie herbácea y florífera perenne ampliamente apreciada como planta ornamental debido a su porte rastrero, follaje azulado y flores vibrantes en tonos rojos, amarillos o anaranjados. Se utiliza frecuentemente en proyectos de paisajismo, especialmente en macetas colgantes, jardineras, jardines de rocas y composiciones xerofíticas, donde su hábito expansivo, colgante y su tolerancia a la sequía son especialmente valorados. La popularidad del Pico de Paloma es notoria en regiones de clima subtropical y mediterráneo, siendo cultivada en diversos países para la ornamentación de jardines.
El nombre científico Lotus berthelotii proviene del griego clásico «lotos», término históricamente empleado para diversas plantas leguminosas. El epíteto específico «berthelotii» rinde homenaje al naturalista francés Sabin Berthelot, reconocido por sus estudios sobre la flora canaria en el siglo XIX.
Originario exclusivamente de las Islas Canarias, específicamente de la isla de Tenerife, Lotus berthelotii es endémico de este archipiélago español situado frente a la costa noroeste de África. En su entorno natural, el Pico de Paloma se encuentra principalmente en zonas secas y rocosas de pinares canarios, sobre laderas volcánicas y dunas, conviviendo con especies como Pinus canariensis, Cistus symphytifolius y Echium virescens. Su hábitat se caracteriza por suelos bien drenados, intensa exposición solar y clima subtropical con escasa disponibilidad hídrica. Actualmente, la especie está restringida a pocas localidades naturales y se encuentra clasificada como críticamente amenazada de extinción debido a la pérdida de hábitat, recolección intensiva y baja diversidad genética.
Lotus berthelotii es una planta herbácea de hábito rastrero o colgante, frecuentemente clasificada como subarbustiva por la ligera lignificación de su base en ejemplares más maduros. Posee porte bajo, generalmente entre 5 y 20 cm de altura, con ramas que pueden extenderse lateralmente hasta 1 metro de longitud, formando tapices densos y extensos. Su sistema radicular es pivotante, típico de las dicotiledóneas, lo que garantiza una eficiente anclaje en suelos rocosos y bien drenados. Los tallos son delgados, flexibles, de coloración grisácea a verdosa, con una superficie cubierta por tricomas plateados que confieren una textura sedosa y un aspecto brillante; la ramificación es abundante y el crecimiento relativamente rápido bajo condiciones favorables.
Las hojas de Lotus berthelotii son compuestas, divididas en 3 a 5 folíolos lineares sumamente estrechos, midiendo aproximadamente de 1 a 2 cm de largo por cerca de 1 mm de ancho. Dispuestas de manera alterna a lo largo de los tallos, son sésiles o presentan pecíolos muy cortos y casi imperceptibles. El color predominante es verde grisáceo, azulado o plateado debido a la densa pubescencia formada por finos tricomas brillantes que cubren toda la superficie foliar. Las hojas del Pico de Paloma son persistentes durante todo el año, presentan textura suave y delicada al tacto, márgenes enteros y nervaduras poco evidentes.
Lotus berthelotii es una especie monoica, que presenta flores hermafroditas agrupadas en inflorescencias terminales o axilares compuestas por grupos de 2 a 6 flores. La floración ocurre principalmente en primavera e inicios de verano. Las inflorescencias del Pico de Paloma destacan por la coloración vibrante de las flores, que varían desde el amarillo hasta el rojo intenso sobre fondo amarillento; las flores presentan una forma afilada semejante al pico de un ave, con simetría bilateral típica de las Fabaceae (leguminosas).
La polinización es predominantemente ornitófila, realizada por aves visitantes como el mosquitero canario (Phylloscopus canariensis). Los frutos, poco frecuentes en cultivo, son vainas pequeñas, alargadas y comprimidas lateralmente, que contienen varias semillas negras u oscuras; las semillas son pequeñas, redondeadas a elipsoidales y su dispersión ocurre principalmente por acción de la gravedad.
El Pico de Paloma está disponible en distintas cultivares, con variaciones principalmente en el color de las flores y el vigor vegetativo. Entre estas podemos citar:
- ‘Gold Flash’: presenta flores de color naranja a dorado, muy utilizada en macetas colgantes y jardineras.
- ‘Red Flash’: posee flores de un rojo intenso y es valorada por su coloración destacada durante la floración.
- ‘Scarlet’: se distingue por su follaje denso grisáceo y flores rojas.
- ‘Amazon Sunset’: cultivar híbrido con flores en tonos naranja-rojizos y hábito colgante, común en cestas suspendidas.
- ‘Fire Vine’: seleccionada por su floración temprana y abundancia de flores rojo-naranjas.
- ‘Aurea’: variedad rara con flores predominantemente amarillas.
El Pico de Paloma (Lotus berthelotii) es una especie que despierta interés científico debido a su rara adaptación a la polinización por aves, un fenómeno poco común entre las leguminosas. Durante mucho tiempo se creyó que sus polinizadores originales eran aves de la familia Nectariniidae, actualmente extintas en las Islas Canarias, lo que contribuyó a teorías sobre su extrema rareza en la naturaleza. Sin embargo, estudios recientes demuestran que aves locales como la curruca canaria (Phylloscopus canariensis) siguen desempeñando un papel relevante en la polinización de la especie, aunque de forma menos eficiente.
En el paisajismo contemporáneo, el Pico de Paloma es ampliamente utilizado como planta ornamental debido a su porte rastrero, follaje plateado y flores exóticas en tonos vibrantes. Su hábito colgante la hace ideal para macetas suspendidas, jardineras elevadas, ranuras de pavimentos o bordes de muros y taludes, donde puede formar una alfombra densa y decorativa. En jardines residenciales, se recomienda como cobertura del suelo en áreas soleadas y secas, aportando valor a composiciones xerofíticas o jardines mediterráneos. La planta también puede emplearse como punto focal en arreglos mixtos gracias a la singularidad de sus inflorescencias, que recuerdan los picos de aves tropicales o incluso llamas de fuego.
Es posible cultivarla en macetas o jardineras tanto en exteriores como en interiores bien iluminados, siempre que se asegure un buen drenaje del sustrato y una exposición solar adecuada para estimular la floración y el crecimiento saludable del Pico de Paloma. El Pico de Paloma armoniza bien con especies como suculentas (Sedum spp.), lavandas (Lavandula spp.) o gramíneas ornamentales, creando contrastes entre texturas y colores. Además de su valor estético, puede atraer aves locales al jardín, aportando más interés y dinamismo al espacio verde.
El Pico de Paloma requiere alta luminosidad, prefiriendo pleno sol para florecer intensamente. En regiones con veranos muy calurosos, tolera sombra parcial ligera durante las horas más cálidas de la tarde sin perder vigor. Se adapta mejor a climas subtropicales y mediterráneos con inviernos suaves (equivalentes a las zonas USDA 10–11), pudiendo cultivarse como anual o en interiores acristalados en zonas más frías.
Es sensible al frío, no soporta heladas y puede dañarse a temperaturas cercanas a 0 °C, por lo que requiere resguardo en otoño e invierno. Las noches excesivamente cálidas pueden reducir la emisión de botones florales y la duración de la floración. Los vientos fuertes rompen las ramas delgadas y la brisa marina directa puede quemar el follaje, por lo tanto es recomendable elegir un sitio protegido pero bien ventilado.
En macizos, exige suelos ligeros a arenosos, con muy buen drenaje, de baja a media fertilidad y sin compactación. En macetas, utilice un sustrato poroso con buena aireación (ejemplo: turba o fibra de coco + perlita/arena gruesa), evitando mezclas pesadas que retengan exceso de agua. El pH ligeramente ácido a neutro es el más adecuado, aunque la especie es relativamente tolerante siempre que el drenaje sea eficiente.
Riegue de forma moderada y regular, dejando secar la capa superficial del sustrato entre riegos; el encharcamiento causa caída de hojas y pudrición de raíces. El Pico de Paloma es tolerante a la sequía una vez bien establecido, aunque la floración mejora con humedad moderada y agua de baja salinidad, ajustando la frecuencia según el clima (generalmente 1–2 veces por semana en calor y espaciando en frío).
Plante esquejes en el jardín durante la época templada, en hoyos de plantación bien drenados y al mismo nivel del cuello, acomodando las ramas postradas sobre la superficie y previendo el espacio para su hábito colgante o rastrero. Fertilice de forma moderada, priorizando fertilizantes de liberación lenta con bajo contenido de nitrógeno y buen nivel de potasio y fósforo (NPK 04-14-08) al inicio de la primavera, complementando en verano con fertirrigación ligera cada quince días para sostener la floración.
Cultive el Pico de Paloma en macetas colgantes, jardineras o bordes, orientando las ramas para obtener una cobertura homogénea. Realice despuntes periódicos para estimular la ramificación y una poda de limpieza tras el pico de floración, eliminando ramas dispersas o envejecidas y evitando cortes drásticos en el máximo calor. Aplique una cobertura muerta ligera y bien aireada (preferentemente mineral) para reducir la evaporación y las salpicaduras de sustrato, manteniéndola alejada del cuello, y realice el mantenimiento retirando flores secas y hojas amarillentas.
En el cultivo, el Pico de Paloma es relativamente resistente, pero puede presentar ácaros, cochinillas y pulgones, especialmente en ambientes cálidos, secos o con escasa ventilación. El manejo incluye inspecciones frecuentes, remoción mecánica, aplicaciones de jabones insecticidas u aceites hortícolas (aceite de neem, aceite mineral) y mejora de la circulación de aire, evitando siempre las pulverizaciones bajo sol intenso. El principal problema fisiopatológico es la pudrición de raíces por exceso de agua, precedida con frecuencia por el amarillamiento y caída de hojas, prevenible con un drenaje eficaz, buena insolación y riego controlado.
La propagación más confiable es por esquejes de puntas o semileñosos, cortados con 2–3 nudos, deshojados en la base y opcionalmente tratados con hormona enraizante (AIB). Enrútelos en un sustrato muy drenante y estéril (ej.: 1:1 perlita y turba/fibra de coco), manteniendo alta luminosidad sin sol directo, humedad levemente constante y buena ventilación hasta el enraizamiento. La mejor época es a finales del invierno y en primavera, extendiéndose al verano en climas templados; el enraizamiento ocurre en pocas semanas y el trasplante se realiza cuando las raíces consolidan el cepellón.
La multiplicación por semillas es posible en primavera, pero la fructificación en cultivo es rara debido a la autoincompatibilidad y, cuando sucede, las plantas provenientes de semillas normalmente no florecen el mismo año. En condiciones ideales, los esquejes de Pico de Paloma pueden florecer en el primer ciclo vegetativo, mientras que las plantas obtenidas por semilla tienden a florecer solo en el segundo año de cultivo.