Bignonia Rosa

Podranea ricasoliana

Raquel Patro

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La Bignonia Rosa (Podranea ricasoliana), es una enredadera leñosa, muy rústica y vigorosa, con flores ornamentales. De rápido crecimiento, esta planta tiene la capacidad de cubrir estructuras y muros en muy poco tiempo. Presenta ramas largas y ramificadas, que pueden alcanzar hasta 10 metros de longitud. Sus hojas son compuestas, pinnadas, con 5 a 7 foliolos de color verde brillante. Las inflorescencias son terminales, dispersas, formadas por flores grandes en forma de trompeta, perfumadas, de color rosa con estrías rojizas. La floración ocurre durante todo el año, pero es más abundante en primavera y verano, proporcionando un espectáculo visual continuo. A veces forman frutos, que son del tipo cápsula, largos y aplanados.

Originaria de Sudáfrica, la Podranea ricasoliana está adaptada a climas cálidos y secos, pero se establece bien en varias condiciones climáticas. Por ser extremadamente vigorosa, debe ser apoyada solo sobre soportes fuertes y grandes, como cenadores, pérgolas, pórticos o muros. Es importante considerar la fuerza y durabilidad del soporte elegido, dado el peso sustancial que la planta puede alcanzar cuando adulta. Exige tutoría inicial y atadura, además de podas anuales en invierno, que controlan el crecimiento del follaje y estimulan una floración más intensa. Este aspecto es esencial para mantener la estética deseada en proyectos paisajísticos, así como para la salud general de la planta.

Se adapta muy bien al litoral, siendo una elección popular para jardines costeros, y proporciona una sombra valiosa en los días más cálidos. Es resistente a la salinidad del suelo y de la brisa marina, una característica importante para plantas en regiones costeras. Son muy visitadas por abejorros carpinteros (Xylocopa sp), contribuyendo a la polinización de otras plantas y a la biodiversidad del jardín.

En el contexto del paisajismo, la Podranea ricasoliana se utiliza ampliamente para cubrir pérgolas y cenadores, creando ambientes acogedores y sombreados. Además, su floración duradera la convierte en una elección ideal para crear puntos de interés visual en el jardín. Su uso no se limita solo a estructuras verticales; también puede ser conducida a lo largo de vallas, muros y otros elementos horizontales, ofreciendo una solución versátil para diversas necesidades paisajísticas. Sin embargo, se debe tener cuidado al plantar la bignonia rosa cerca de árboles, ya que su crecimiento vigoroso sobre las ramas, puede terminar sombreando excesivamente al árbol y perjudicar su salud.

Muchas personas observan que la bignonia rosa presenta mucha follaje y poco florecimiento, por lo que es fundamental realizar mantenimiento. En este aspecto, la poda es crucial en el cultivo de la Podranea ricasoliana. Se debe realizar una poda de formación en los primeros años para garantizar el desarrollo de una estructura fuerte. Posteriormente, la poda de mantenimiento anual ayudará a controlar el tamaño y la forma de la planta, además de estimular la floración.

Esta práctica es especialmente importante para mantener la planta dentro de los límites deseados en proyectos paisajísticos y evitar el crecimiento excesivo. Además de su valor ornamental, la bignonia rosa posee algunas aplicaciones prácticas. Por ejemplo, en áreas rurales, se utiliza para cubrir estructuras como cobertizos y invernaderos, proporcionando sombra y ayudando a regular la temperatura interna.

Las bignonias rosas deben ser cultivadas bajo sol pleno, en suelo fértil y enriquecido con materia orgánica, con riegos regulares. Aprecian el clima templado y toleran poco las heladas, perdiendo el follaje, pero rebrotando después. Esta característica de resiliencia garantiza que la planta pueda recuperarse de condiciones climáticas adversas. Al fertilizar esta enredadera, evite abonos nitrogenados. Prefiera agregar materia orgánica y abonos NPK ricos en fósforo y potasio y con contenidos más bajos de nitrógeno. Este equilibrio de nutrientes evitará el exceso de follaje y estimulará la floración. Las bignonias rosas pueden propagarse por esquejes, acodo y más raramente por semillas. El esqueje es el método más rápido y eficiente para la propagación de la especie.

Finalmente, es importante destacar que, a pesar de su belleza y utilidad, la Podranea ricasoliana puede volverse invasiva en ciertas condiciones. Es esencial ser conscientes de esta característica y controlar el crecimiento de la planta, como podas regulares y monitoreo. Esta atención al manejo ayuda a garantizar que la bignonia rosa permanezca como un componente valioso y manejable en los jardines.

Acerca de Raquel Patro

Raquel Patro es paisajista y fundadora de Planterista.com. Desde 2006 desarrolla contenidos especializados en plantas y jardines, ya que cree que todo el mundo, ya sean aficionados o profesionales, debería tener acceso a contenidos de calidad. Como geek, le gustan los libros, la ciencia ficción y la tecnología.