Mamoncillo

Melicoccus bijugatus

Raquel Patro

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Melicoccus bijugatus

El Mamoncillo (Melicoccus bijugatus), también conocido como quenepa, mamón o limoncillo, es un árbol frutal perteneciente a la familia Sapindaceae, que también incluye otras especies conocidas como el guaraná, el longan y el lichi. Es ampliamente valorado por sus frutos dulces y gelatinizados, consumidos frescos o procesados en bebidas y dulces. Además de su uso alimentario, esta especie tiene aplicaciones medicinales tradicionales y es apreciada como planta ornamental y fuente de madera ligera para trabajos internos.

Sus frutos son ampliamente consumidos en diversas regiones tropicales, siendo vendidos en mercados locales y utilizados en la preparación de jugos, mermeladas y otras delicias. Además, el árbol se cultiva en áreas urbanas y rurales como planta ornamental, debido a su copa densa y sombra agradable. El Mamoncillo contribuye a la biodiversidad local en su hábitat, sirviendo de alimento para diversas especies de fauna.

Originario del norte de América del Sur, especialmente de Colombia y Venezuela, Melicoccus bijugatus también se ha naturalizado en partes de América Central y el Caribe, incluyendo la Isla de Margarita. La especie se adapta bien a bosques secos de caliza costera, matorrales secundarios y bordes de carreteras, creciendo en altitudes de hasta 600 metros. Su presencia es común en regiones con clima tropical, donde el suelo está bien drenado y la exposición solar es plena o parcial.

Frutos del Mamoncillo
Save Frutos del Mamoncillo

El nombre botánico Melicoccus bijugatus proviene del griego y el latín. «Melicoccus» deriva del griego «meli» (miel) y «kokkos» (grano o semilla), refiriéndose al sabor dulce del fruto. El epíteto específico «bijugatus» viene del latín «bi-» (dos) y «jugatus» (unido en pares), aludiendo a las hojas compuestas con dos pares de folíolos opuestos, característica distintiva de la especie.

La taxonomía de la especie fue establecida por Nikolaus Joseph von Jacquin en 1760, basándose en ejemplares cultivados en Puerto Rico. Posteriormente, Carl Linnaeus utilizó la grafía «Melicocca bijuga«, que prevaleció durante unos dos siglos. Sin embargo, una propuesta para conservar esa grafía fue rechazada en 1994, restaurando la nomenclatura original Melicoccus bijugatus. La especie pertenece a la familia Sapindaceae y está relacionada con otras frutas tropicales como la lichia (Litchi chinensis) y el longan (Dimocarpus longan).

La Quenepa es un árbol de crecimiento lento, conocido por su copa densa y frondosa. En condiciones ideales, alcanza alturas entre 12 y 20 metros, pudiendo llegar a 25 metros, con tronco recto de hasta 1.7 metros de diámetro y corteza lisa de coloración gris. El crecimiento es lento, pero vigoroso, con ramas ascendentes y ramificación simétrica, dándole al árbol una silueta redondeada u ovalada. El sistema radicular es profundo y pivotante, con raíces laterales bien desarrolladas, otorgando resistencia a la sequía y estabilidad en suelos calcáreos o pedregosos.

La Quenepa es un árbol frondoso
Save La Quenepa es un árbol frondoso. Foto de nelson_portillo

Las hojas son alternas, compuestas paripinadas, con dos pares de folíolos opuestos (bijugados). Cada folíolo es elíptico, con ápice agudo y base cuneada, midiendo entre 5 y 13 cm de longitud y 3.2 a 6.3 cm de anchura. El margen es entero y la superficie es glabra, de coloración verde intensa. El pecíolo y el raquis son alados y no presentan glándulas. Las hojas jóvenes pueden presentar tonalidad rojiza antes de adquirir el color verde definitivo. La disposición helicoidal de las hojas contribuye a la formación de una copa densa, proporcionando sombra abundante.

La especie es predominantemente dioica, es decir, los individuos presentan flores masculinas o femeninas en plantas separadas y requiere la presencia de plantas de ambos sexos para asegurar la fructificación. Sin embargo, hay registros de árboles parcialmente polígamos, con flores de ambos sexos en la misma planta, aunque el polen de estas flores puede ser inviable. Las inflorescencias son racimos terminales o axilares, midiendo de 2.5 a 10 cm de longitud, compuestas por flores pequeñas, blancas o blancas-verdosas, con cuatro pétalos y ocho estambres.

Las flores son perfumadas y atraen polinizadores como abejas y otros insectos voladores. La floración ocurre principalmente en primavera, entre abril y mayo, en regiones como Florida, y de octubre a mayo en áreas del norte de América del Sur y Antillas Menores, coincidiendo con la estación lluviosa. La floración de la Quenepa está estrechamente vinculada a la presencia de una estación seca bien definida, que actúa como estímulo para la inducción floral.

Inflorescencias de la Quenepa
Save Inflorescencias de la Quenepa. Foto de

El fruto del Mamoncillo es una drupa globosa, mide entre 2 a 4 centímetros de diámetro, con epicarpo verde, liso, delgado y coriáceo, que se rompe fácilmente al ser presionado. Su interior está relleno por una pulpa gelatinosa y jugosa, técnicamente un arilo, que varía en color entre el salmón claro, amarillo naranja y blanquecino, conteniendo entre 18,5% y 26% de sólidos solubles totales.

El sabor es dulce, refrescante y ligeramente ácido, con notas que recuerdan una combinación entre limón, lichi y maracuyá, lo que hace que el fruto sea extremadamente apreciado para consumo in natura. La pulpa es escurridiza y se adhiere firmemente a la semilla, lo que dificulta la separación mecánica, siendo comúnmente consumida succionando la pulpa directamente del fruto. La maduración ocurre en el propio árbol, generalmente durante el verano, y la cosecha debe realizarse en el punto ideal para garantizar el máximo de sabor y textura.

Las semillas son grandes, duras y de coloración blanco amarillenta. Cuando se tuestan, pueden consumirse como sustituto de las castañas, presentando un sabor similar al del cajú. En algunas culturas indígenas, las semillas son molidas y utilizadas en la preparación de bebidas tradicionales.

Proporción del fruto en relación a la semilla del Melicoccus bijugatus
Save Proporción del fruto en relación a la semilla del Melicoccus bijugatus. Foto de Ser Amantio di Nicolao

En regiones productoras como Puerto Rico y Florida, algunas selecciones locales son reconocidas por características superiores, como mayor proporción de pulpa, sabor más dulce y facilidad de separación de la semilla. Entre estas selecciones destacan ‘José Pabón’, ‘Montgomery’, ‘Ponce’ y ‘Sosa’. La variedad ‘Sasa’ también es una de las favoritas en Puerto Rico debido a su dulzura y facilidad de consumo. Estas selecciones son frecuentemente propagadas vegetativamente mediante injertos o acodo para mantener las características deseadas, ya que la propagación por semillas no garantiza la fidelidad genética.

La Quenepa también tiene aplicaciones medicinales tradicionales y útiles. En algunas regiones de América Central, las hojas se esparcen en el suelo para atraer pulgas, que luego se eliminan junto con las hojas. Los extractos de las hojas también se utilizan en América del Sur para repeler moscas y mosquitos. En la República Dominicana, se consume un té hecho con hojas jóvenes como remedio tradicional.

El Melicoccus bijugatus se destaca en el paisajismo tropical como un árbol ornamental de gran valor estético y funcional. Su copa redondeada y densa, compuesta por hojas compuestas y brillantes, confiere un aspecto exuberante y equilibrado a amplios jardines residenciales, institucionales, plazas públicas y áreas urbanas arborizadas. El follaje verde intenso proporciona sombra abundante, convirtiéndose en un refugio natural contra el calor. El árbol se planta frecuentemente en parques, plazas y a lo largo de calles, contribuyendo a la estética paisajística y el confort térmico.

La Quenepa puede convertirse en un árbol de grandes dimensiones.
Save La Quenepa puede convertirse en un árbol de grandes dimensiones. Foto de wendyjamaica

Además de su belleza, el Mamoncillo ofrece beneficios ecológicos significativos. Su copa frondosa sirve de refugio y fuente de alimento para diversas especies de aves e insectos, promoviendo la biodiversidad local. El sistema radicular profundo contribuye a la estabilización del suelo, previniendo la erosión en terrenos inclinados o propensos a lluvias intensas. Adicionalmente, el árbol actúa en la purificación del aire, ayudando en la captura de carbono y mejorando la calidad ambiental, reduciendo el efecto de ‘isla de calor’.

La presencia de la Quenepa en espacios públicos y privados también tiene un valor cultural y social. En muchas comunidades latinoamericanas y caribeñas, el árbol se asocia a tradiciones locales y festividades, siendo común la reunión de personas bajo su sombra para compartir historias y degustar sus frutos. Esta interacción fortalece los lazos comunitarios y preserva prácticas culturales ancestrales.

En proyectos paisajísticos, la Quenepa puede ser utilizada como elemento focal debido a su imponencia y formato armonioso. La adición de bancos bajo su dosel es una invitación para descansar bajo la sombra, mantener largas conversaciones entre amigos y familiares, y además degustar sus frutos sabrosos. Su bajo mantenimiento y resistencia a condiciones adversas lo convierten en una elección versátil para composiciones que buscan belleza y funcionalidad.

El Mamoncillo prospera en ambientes con sol pleno, con al menos 6 horas diarias de luz solar directa, siendo esencial para su crecimiento y fructificación. La especie es intolerante a ambientes excesivamente sombreados, presentando caída de hojas y crecimiento comprometido. En regiones con temperaturas superiores a 32°C, se recomienda proporcionar sombra parcial durante las horas más calurosas del día para evitar estrés térmico.

La especie está adaptada a regiones ecuatoriales, tropicales y subtropicales con temperaturas medias anuales entre 25°C y 27°C. La especie no tolera heladas, siendo que temperaturas por debajo de 0°C pueden causar daños severos o incluso la muerte de la planta. En cuanto a la precipitación, el árbol se desarrolla bien en áreas con índices pluviales anuales entre 900 mm y 2600 mm, demostrando cierta tolerancia a la sequía, pero sensibilidad al encharcamiento del suelo.

El suelo ideal para el cultivo de la Quenepa es bien drenado, pudiendo ser arenoso, arcilloso o calcáreo, con pH variando de 5,5 a 8,7. La especie es moderadamente tolerante a la salinidad y puede crecer en suelos pobres en nutrientes, aunque presenta mejor desempeño en suelos fértiles. Es importante evitar suelos compactados o sujetos a inundaciones, que pueden perjudicar el desarrollo radicular y la salud de la planta.

Detalle de las hojas paripinadas.
Save Detalle de las hojas paripinadas. Foto de yennifera

Aunque el Mamoncillo es un árbol de gran porte, su cultivo en macetas es posible durante los primeros años de vida, especialmente cuando se propaga por semillas. Sin embargo, debido a su crecimiento vigoroso y sistema radicular profundo, el cultivo en recipientes es limitado y, a largo plazo, la planta debe ser trasplantada al suelo para alcanzar su pleno potencial.

Para el preparo del lecho de plantación, se recomienda excavar un agujero con dimensiones de tres a cuatro veces el diámetro y tres veces la profundidad del recipiente de la plántula.
El hoyo debe llenarse con la tierra original, evitando el uso de fertilizantes o compost orgánico directamente en el fondo, lo cual puede causar quemaduras en las raíces. Tras la plantación, es esencial regar abundantemente para eliminar bolsas de aire, hidratar la planta y asegurar el contacto adecuado entre las raíces y el suelo.

La plantación en el lugar definitivo debería realizarse preferiblemente durante la temporada de lluvias, asegurando humedad adecuada para el establecimiento de la planta. Es importante elegir un lugar con buena exposición solar y alejado de otros árboles o estructuras, considerando que la quenepa puede alcanzar grandes dimensiones.

Cachos de frutos de Mamoncillo
Save Cachos de frutos de Mamoncillo

La irrigación debe ser regular en los primeros años después de la plantación, manteniendo el suelo húmedo, pero no saturado. Tras el establecimiento, el árbol se vuelve más tolerante a la sequía, necesitando riegos suplementarios solo durante períodos prolongados de sequía, especialmente durante la floración y la fructificación.

La fertilización debe realizarse con fertilizantes completos, preferentemente aquellos recomendados para árboles frutales, conteniendo nitrógeno, fósforo, potasio y magnesio. Para árboles jóvenes, se recomienda aplicaciones cada ocho semanas. En suelos calcáreos o de pH elevado, puede ser necesario el suministro de micronutrientes como hierro, manganeso y zinc, preferentemente vía foliar, para evitar deficiencias nutricionales.

El tutorado de las plántulas es opcional, pero puede ser beneficioso en áreas sujetas a vientos fuertes, proporcionando soporte adicional durante el crecimiento inicial. Es importante utilizar materiales que no dañen el tallo, como lazos de algodón o fibras naturales, evitando el uso de alambres o cuerdas sintéticas.

Detalhe das sementes
Save Detalhe das sementes. Foto de Filo gèn’

Las podas de formación deben iniciarse en el segundo año después de la plantación, promoviendo la ramificación adecuada y la estructuración de la copa para facilitar la cosecha y la salud de la planta. Las podas de limpieza, removiendo ramas muertas o enfermas, deben realizarse regularmente. La poda de fructificación, que tiene como objetivo la renovación de las ramas productivas y el control del tamaño del árbol, se recomienda después de la cosecha de los frutos.

El mantenimiento general incluye la eliminación de malezas alrededor de la base del árbol, la aplicación de cobertura muerta para conservar la humedad del suelo y el monitoreo de plagas y enfermedades. Aunque la Quenepa es relativamente resistente, puede afectarse por hongos que causan manchas foliares y podredumbres radiculares, siendo importante adoptar prácticas culturales adecuadas para minimizar estos riesgos.

La Quenepa es relativamente resistente a plagas y enfermedades, pero no está exenta de problemas fitosanitarios. Entre las enfermedades fúngicas, se destacan la podredumbre radicular causada por Clitocybe tabescens y manchas foliares provocadas por especies de Fusarium y Phyllosticta. Además, la alga roja Cephaleuros puede atacar hojas, tallos y ramas, llevando al declive de la planta. En cuanto a las plagas, la mosca-negra-de-los-cítricos (Aleurocanthus woglumi) es un insecto que puede infestar la especie, aunque parásitos naturales como Prospaltella spp., Eretmocerus serius y Amitus hesperidium contribuyen al control biológico.

Frutificación de la Quenepa
Save Foto de candelabroaureo

La propagación puede realizarse por semillas o por métodos vegetativos, como el acodo y el injerto, cada uno con sus particularidades y desafíos. La propagación por semillas es el método más común, aunque presenta algunas limitaciones. Las semillas deben sembrarse justo después de la cosecha, pues pierden rápidamente la viabilidad. La germinación ocurre en 15 a 30 días, pero las plantas resultantes pueden tardar de 5 a 10 años en fructificar y no garantizan características idénticas a la planta madre, debido a la variabilidad genética. Además, como la especie es predominantemente dioica, es necesario plantar múltiples individuos para asegurar la presencia de ambos sexos y garantizar la fructificación.

Para obtener plantas con características deseables y reducir el tiempo hasta la fructificación, los métodos vegetativos son preferibles. El acodo se realiza en ramas vigorosas de aproximadamente 5 cm de diámetro durante períodos calurosos del año. Después de la remoción de un anillo de corteza, se aplica hormona enraizadora y se envuelve el área con musgo sphagnum húmedo y plástico para mantener la humedad. Las raíces generalmente se forman en 5 a 6 semanas. Este método presenta tasas de éxito entre el 60% y el 88%, especialmente cuando se realiza en ramas verticales y vigorosas.

La injertación, aunque menos común, puede ser utilizada para propagar la Quenepa. Consiste en la unión de una rama (patrón) de una planta con características deseadas a un esqueje (portainjerto) ya establecido. Este método requiere habilidad técnica y cuidados específicos para garantizar el éxito de la unión y el desarrollo de la planta injertada.

Acerca de Raquel Patro

Raquel Patro es paisajista y fundadora de Planterista.com. Desde 2006 desarrolla contenidos especializados en plantas y jardines, ya que cree que todo el mundo, ya sean aficionados o profesionales, debería tener acceso a contenidos de calidad. Como geek, le gustan los libros, la ciencia ficción y la tecnología.