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Casuarina

Casuarina equisetifolia

Raquel Patro

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Casuarina equisetifolia

La casuarina (Casuarina equisetifolia) es un árbol monoico nativo de Australia, pero que hoy en día se encuentra distribuido en todo el mundo, principalmente en regiones costeras. Es un error común pensar que la casuarina es un pino. En realidad, es una especie angiosperma, es decir, que produce frutos. El nombre del género Casuarina deriva de la palabra malaya «kasuari», una referencia al plumaje del ave casuario, que se asemeja a las ramas colgantes de este árbol. Por su parte, el epíteto específico equisetifolia proviene del latín, que significa «hojas semejantes a las de cola de caballo», en referencia a la similitud de sus ramas finas y segmentadas con las plantas del género Equisetum.

Casuarina equisetifolia

Sus raíces presentan simbiosis con bacterias del género Frankia, lo que le permite fijar el nitrógeno del aire. Es un árbol de gran porte, con un tronco recto que alcanza de 15 a 40 metros de altura y 50 cm de diámetro. El tronco tiene una corteza de color pardo claro, rugosa en los ejemplares adultos y rica en taninos. Sus hojas son rudimentarias y casi imperceptibles; sin embargo, presenta ramas colgantes, filiformes y articuladas, formadas por los pecíolos y la vaina de las hojas. Estas ramitas son las responsables de la fotosíntesis en la planta.

Las inflorescencias no tienen importancia ornamental. Las masculinas son del tipo amento, pequeñas, terminales, cilíndricas y de color castaño, mientras que las femeninas son capítulos globosos, laterales, verdes y axilares. El fruto es del tipo sámara, leñoso y tiene forma ovalada, con cámaras que, al madurar, se abren liberando las semillas aladas que se dispersan con el viento.

Casuarina equisetifolia Bonsai

La casuarina se utiliza principalmente en el paisajismo de regiones costeras, ya que se adapta muy bien a estas condiciones. Sin embargo, es común ver casuarinas mutiladas por podas sin criterio, que afean más que embellecen el paisaje. Por ello, su aplicación debe ser moderada, reflexionando principalmente sobre el tamaño que alcanza y el espacio y proporción que ocupará. Otro punto importante a considerar es el efecto alelopático que produce. Donde crece la casuarina, es difícil que otras plantas de menor tamaño prosperen. Este efecto es más evidente en grupos y macizos, donde se acumula el follaje muerto sobre el suelo. Esta especie también se utiliza con frecuencia para la formación de bonsáis.

Su crecimiento es rápido y está indicada para el control de la erosión de dunas y áreas muy degradadas, como en zonas de minería abandonadas. También sirve como barrera contra el viento. La madera de la casuarina es muy dura y puede utilizarse para una infinidad de usos, aunque es difícil de trabajar. En Australia es común su uso, desde la construcción civil hasta muebles, barcos, postes, cercas, tejas y artesanías. Presenta uno de los índices calóricos más altos entre las maderas, siendo un excelente carbón vegetal después de secarse. Es considerada invasora en determinadas situaciones.

Casuarina equisetifolia

Debe cultivarse a pleno sol o en semisombra, en suelos preferentemente ligeros, bien drenados y enriquecidos con materia orgánica. Los riegos deben ser regulares hasta la implantación, es decir, cuando la planta muestre señales de un crecimiento vigoroso. Una vez bien adaptada, es capaz de tolerar períodos de sequía. Resiste temperaturas extremas, vientos, suelos pobres y la salinidad típica de las regiones costeras. Tolera heladas, siempre que no sean muy fuertes ni frecuentes. Se multiplica por esquejes o semillas, que no necesitan tratamiento especial y tienen excelentes tasas de germinación.

Acerca de Raquel Patro

Raquel Patro es paisajista y fundadora de Planterista.com. Desde 2006 desarrolla contenidos especializados en plantas y jardines, ya que cree que todo el mundo, ya sean aficionados o profesionales, debería tener acceso a contenidos de calidad. Como geek, le gustan los libros, la ciencia ficción y la tecnología.