Cochinillas

Raquel Patro

Actualizado el

cochonilha

Los pequeños insectos pertenecientes a la superfamilia Coccoidea son denominados cochinillas. Estos tienen un aspecto bastante diferente de otros insectos y son muy importantes debido a las grandes pérdidas agrícolas que causan. Sin embargo, a pesar de que muchas cochinillas se consideran plagas, algunas especies destacan en la producción de barniz (Llaveia axin), laca (Laccifer lacca), cera (Ceroplastes ceriferus), medicamentos (Ceroplastes ceriferus) y colorante carmín (Dactylopius coccus). Muchas también producen una secreción dulce que, cuando es recolectada y procesada por las abejas (Apis mellifera), compone el honeydew, una miel muy valiosa y especial.

Las especies de cochinillas pueden tener apariencias muy distintas entre sí. Pueden ser algodonosas, de color blanco y aspecto harinoso, o cerosas, con variaciones de color como naranja, rojo, verde, marrón, perlado, gris, etc. Las formas también varían, como cabezas de clavo, conchas de ostra, bolitas, escamas, etc. Las cochinillas cerosas, como Ceroplastes ceriferus, presentan una capa de cera protectora que las hace parecer pequeñas esculturas de cera sobre las plantas.

El ciclo de vida de las cochinillas varía entre especies, pero generalmente incluye varios estados – huevo, ninfa y adulto – con duraciones específicas que pueden ser influenciadas por condiciones ambientales como la temperatura y la humedad. Durante el ciclo de vida de la cochinilla, las ninfas son el estado más móvil. Buscan nuevas áreas para alimentarse, aumentando la dispersión de la plaga. Comprender este estado es crucial para estrategias de control efectivas.

Las hembras adultas son las plagas propiamente dichas. Son inmóviles y tienen un aparato bucal chupador muy desarrollado, capaz de succionar la savia directamente del sistema vascular de las plantas. Tras fijarse, producen cera, que forma el caparazón, cubriendo su cuerpo como un escudo y sirviendo de protección contra enemigos naturales e insecticidas.

Los machos adultos son muy diferentes de las hembras y tienen una vida efímera, durando alrededor de 2 días. Nunca se alimentan, tienen alas, filamentos en la cola y se parecen a pequeños mosquitos o moscas. Las cochinillas pueden reproducirse sexualmente y por siete tipos diferentes de partenogénesis, según la especie.

Las hembras adultas ponen huevos que eclosionan dando origen a ninfas, que son móviles, tienen patas y antenas. Así, las ninfas jóvenes pueden moverse, buscando encontrar un buen lugar para fijarse. Tras la primera muda, sus patas se atrofian y se vuelven inmóviles, comenzando a succionar ininterrumpidamente la savia de la planta. Los machos jóvenes son como las hembras jóvenes, pero en la etapa final, desarrollan alas.

Las cochinillas se pueden encontrar en ramas, hojas, frutos y raíces de diversas plantas. Muchas tienen asociaciones con hormigas, que las protegen a cambio de la secreción dulce que producen. Esta secreción también propicia el surgimiento de la fumagina (Meliola sp y Capnodium sp), hongos de micelio oscuro, que cubren las partes de la planta, impidiendo la fotosíntesis.

Al succionar la savia de las plantas, las cochinillas también pueden transmitir virus fitopatógenos, contribuyendo a la propagación de enfermedades entre plantas. Esto resalta la importancia de un control efectivo de estas plagas en colecciones, viveros y jardines.

Las cochinillas presentan un control difícil a través de insecticidas, principalmente las que tienen una espesa caparazón. El caparazón impide el contacto de los productos con el cuerpo del insecto y, de esta forma, el insecticida afecta solo a las etapas de ninfas y machos. Sin embargo, el control con pulverizaciones de emulsiones de jabón y aceite mineral es efectivo, ya que resulta en una capa impermeable sobre el insecto, impidiéndole respirar, matándolo así por asfixia. Combinaciones con caldo de tabaco también pueden ayudar en la eliminación de la plaga. Es importante destacar que el uso de insecticidas sistémicos puede ser más eficaz contra cochinillas, ya que son absorbidos por las plantas y alcanzan a los insectos que se alimentan de su savia.

El control biológico es muy importante en el manejo y se realiza por mariquitas y algunas especies de avispas. Estos insectos actúan depredando las cochinillas y otras plagas como pulgones. Por lo tanto, se debe evitar al máximo el uso de insecticidas sobre plantas afectadas, ya que podemos estar matando a los importantes depredadores y otros insectos benéficos, como las abejas polinizadoras, sin embargo, afectando a cochinillas más resistentes.

Además del control biológico y químico, prácticas de manejo cultural, como la remoción manual de cochinillas y la poda de partes infestadas de las plantas, pueden ser efectivas. Estas prácticas, cuando se combinan, forman un enfoque integrado de manejo de plagas, minimizando el impacto ambiental. Del mismo modo, prácticas preventivas, como el monitoreo regular de las plantas, la elección de especies resistentes y el mantenimiento del equilibrio nutricional del suelo (incluyendo la fertilización con calcio, potasio y silicio), pueden reducir significativamente la incidencia de cochinillas y otras plagas.

Acerca de Raquel Patro

Raquel Patro es paisajista y fundadora de Planterista.com. Desde 2006 desarrolla contenidos especializados en plantas y jardines, ya que cree que todo el mundo, ya sean aficionados o profesionales, debería tener acceso a contenidos de calidad. Como geek, le gustan los libros, la ciencia ficción y la tecnología.