La antracnosis es una de las enfermedades más importantes para las plantas cultivadas. Provoca pérdidas de miles de millones de dólares anualmente, por daños en grandes cultivos (soja, tomate, pimiento, berenjena, pimientos, fresa), huertos (mango, naranja, guayaba, aguacate, anacardo, uva, plátano, papaya, maracuyá, nectarina, manzana), bosques (robles, cornejos, tuyas, nogales, almendros) y viveros de plantas ornamentales.
La causa principal son los hongos del género Colletotrichum, destacando la especie Colletotrichum gloeosporioides que causa la enfermedad en varias especies de plantas. Otros agentes etiológicos están involucrados en el desarrollo de la antracnosis, como Sphacelloma spp, Marssonina spp, Gloeosporium spp, Coniothyrium fuckelii y Elsinoe ampelina, etc.
La aparición de la antracnosis ocurre en condiciones ambientales favorables, con clima templado, es decir, temperaturas entre 20° y 30° Celsius, y alta humedad ambiental. Las plantas débiles, mal enraizadas o mal nutridas, con carencias nutricionales, principalmente de potasio y calcio, son más susceptibles. En estas condiciones el hongo se propaga y crece rápidamente, especialmente si hay mucha materia orgánica disponible y poca ventilación.
Por este motivo es raro su aparición en regiones áridas, como en el noreste brasileño o en Israel. La transmisión se da por el agua de lluvia o de riego, pero también puede ocurrir por el viento y herramientas de poda contaminadas, así como por insectos y otras plagas. Aunque infecta a las plantas, también es un hongo saprofito, es decir, puede sobrevivir en el ambiente en restos de plantas muertas, como hojas y frutos caídos, esperando una oportunidad de afectar plantas vivas nuevamente.
Igual que muchas otras enfermedades fúngicas, bacterianas o virales de plantas, la antracnosis produce síntomas algo inespecíficos, de modo que el diagnóstico preciso solo puede darse en laboratorio. Aun así, un agrónomo con experiencia práctica podrá diagnosticar y tratar la enfermedad de manera eficiente.
Los síntomas más comunes son manchas redondeadas, de color marrón, pardo, gris o negro, sobre hojas, frutos, tallos, etc. Estas manchas a menudo presentan un halo amarillo alrededor (clorosis), y el centro deprimido y necrótico, evidenciando filamentos de color naranja o rosado, que son estructuras de reproducción de los hongos, donde se producen los esporos (Acérvulos). Los primeros signos generalmente aparecen en los bordes de las hojas, o cerca de las venas, donde tiende a acumularse el agua.
Con el crecimiento y la coalescencia de varias manchas, la estructura, ya sea una hoja, brote, rama, flor o fruto, puede morir completamente y caer prematuramente. En plantas leñosas, la antracnosis termina formando verdaderos cánceres, que son crecimientos anormales de la corteza sobre áreas necróticas en el tronco, dando un aspecto bastante feo a los árboles, además de debilitarlos gradualmente.
Plantas ornamentales más comúnmente afectadas por la antracnosis:
- Agapanto
- Anthurium
- Areca-bambú
- Aspidistra
- Aloe
- Caña fístula
- Begonias
- Cactus
- Kalanchoe
- Cica
- Ciclámen
- Clusia
- Dieffenbachia
- Crinum
- Drácena
- Sansevieria
- Strelitzia
- Ficus
- Philodendron
- Delonix regia
- Heliconia
- Hortensia
- Yucca
- Lirio
- Lupinus
- Mandevilla
- Duranta erecta
- Adenium obesum
- Rosas
- Caladium
- Bixa orellana
- Zamioculcas
Prevención y control:
Se pueden tomar algunas medidas para prevenir y controlar la aparición de la antracnosis en el jardín o en cultivos comerciales. Además, muchas de ellas sirven para prevenir una infinidad de otras enfermedades y plagas de plantas. Vea a continuación cómo mantener sus plantas libres de esta temida enfermedad.
-
- Al adquirir plantas nuevas, manténgalas en cuarentena, alejadas de las demás plantas;
- Adquiera siempre plantas saludables, así como semillas y bulbos.
- Prefiera variedades conocidamente resistentes a la antracnosis, lo cual es especialmente importante para huertos.
- Mantenga plantas en macetas con buen espacio entre ellas. Para orquídeas, por ejemplo, se recomienda una distancia de un palmo entre las hojas de las plantas. De igual manera, huertos muy densos favorecen la aparición de la enfermedad en frutales.
- Realice podas de limpieza y ventilación, tanto en frutales como en plantas ornamentales susceptibles. Heliconias confinadas, así como strelitzias, son comúnmente afectadas.
- Riegue las plantas temprano en la mañana, permitiendo así que se sequen rápidamente, evitando la acumulación de agua.
- Deshágase de restos de podas, hojas y frutos caídos, para que no sirvan de fuente de infección para las plantas, mantenga el jardín limpio, principalmente en invierno y en períodos húmedos (épocas de lluvia).
- Mantenga invernaderos y orquidiarios bien ventilados, para que las plantas no permanezcan húmedas por mucho tiempo después de las pulverizaciones.
- En caso de manchas sospechosas, corte rápidamente las partes afectadas, con un buen margen de seguridad. Es conveniente aplicar una pasta a base de cobre o una mezcla de canela con aceite mineral en el lugar de la herida, para proteger y favorecer la cicatrización. Al eliminar la infección en su inicio se previene la propagación de la enfermedad.
- Separe las plantas afectadas de las demás y favorezca la ventilación y la luminosidad, de forma gradual.
- En situaciones especiales, como grandes infecciones o plantas de gran valor comercial, podemos realizar aplicaciones de fungicidas, sean estos de contacto o sistémicos, como oxicloruro de cobre o mancozeb, por ejemplo, siempre bajo el criterio de un ingeniero agrónomo responsable.
