El Zigopétalo (Zygopetalum maculatum) es una orquídea natural, simpodial y epífita, originaria de Perú, Bolivia y Brasil, incluyendo los estados de Rio Grande do Sul, Santa Catarina, Paraná, São Paulo, Minas Gerais, Rio de Janeiro, Espírito Santo, Bahía y Tocantins. Puede encontrarse en varios biomas, como la Caatinga, el Cerrado y la Mata Atlántica. Prefiere áreas planas, muy húmedas, cubiertas de musgo, semipantanosas, a altitudes de hasta 2.250 metros.
También se encuentra en campos rocosos y ferruginosos, así como en áreas de bosque en Minas Gerais. El nombre del género «Zygopetalum» es una latinización de las palabras griegas Zygón = canga + pétalon = pétalo, haciendo referencia al grueso callo en la base del labelo que da la impresión de tirar de las piezas florales. Por otro lado, el nombre de la especie «maculatum» significa manchado, debido a las marcas en los pétalos y sépalos.
Florece en primavera y verano, mostrando una inflorescencia en forma de racimo de 40 cm de largo, que lleva de 8 a 12 flores. Las flores miden de 4 a 8 cm de largo, son perfumadas y duran alrededor de 45 días. Tienen pétalos y sépalos verdes con manchas castaño-rojizas y un labelo blanco marcado con rayas violetas. A pesar de ser esencialmente epífita, no es raro encontrar esta especie creciendo como rupícola o terrestre.
El Zigopétalo tolera variaciones de temperatura entre 3 y 35º C, sin embargo, si se somete a temperaturas muy altas durante períodos prolongados, pueden producirse daños en las yemas. Por otro lado, temperaturas muy bajas durante períodos prolongados causan la caída de las hojas, aunque no entra en dormancia. Prefiere sombra al 70% (con una luminosidad de alrededor de 24.000 lux), una humedad relativa del aire superior al 65% y una buena ventilación.
En días calurosos, es recomendable pulverizar las hojas con agua para aumentar la humedad. No tolera un sustrato seco durante más de 20 horas, ya que es perjudicial para la salud de las raíces y las hojas (las puntas se secan y aparecen puntos secos). Requiere mucha agua y prefiere condiciones constantemente húmedas, pero no encharcadas, por lo que se debe permitir un buen drenaje del sustrato, pero sin que se seque por completo. En climas cálidos y soleados, la orquídea debe regarse abundantemente, ya que el metabolismo de la planta se acelera y esto consume agua. Sin riego, el agua se retirará de los pseudobulbos y las hojas más viejas y la planta se marchitará.
Cultívela en macetas tipo cestas de madera, con un sustrato compuesto por partes iguales de corteza de pino (o macadamia) con turba, arcilla expandida y musgo sphagnum. Fertilice quincenalmente para evitar la salinización. Una sugerencia es realizar una fertilización foliar (en primavera y verano) con una solución de 2g (1 cucharadita) de fertilizante NPK Peter’s 20-20-20 por cada litro de agua. En el sustrato, se puede esparcir mensualmente un fertilizante orgánico tipo bokashi. En invierno, es interesante aplicar un fertilizante con alto contenido de fósforo (NPK 9-45-15).