La Verdolaga (Portulaca oleracea) es una planta suculenta, ruderal, anual, cosmopolita y de gran versatilidad, ya que además de ser ornamental, posee un alto valor medicinal y se considera una PANC, es decir, una planta alimenticia no convencional. Este manto verde de hojas suculentas y flores vibrantes, comúnmente avistado en aceras y jardines, esconde en su composición bioactiva un arsenal contra adversidades, incluido el cáncer, según revelan investigaciones recientes.
Es una especie herbácea postrada y rastrera, de tallo liso y rojizo, muy ramificada y con ciclo de vida anual. Sus hojas son ovales a espatuladas, suculentas, simples, glabras, de color verde brillante, alternas o opuestas y surgen agrupadas en los nudos del tallo.
Las flores de la verdolaga son un espectáculo aparte, mostrando una paleta de colores que varía según la cultivar, desde el amarillo hasta el rojo, naranja, rosa, blanco e incluso mezclas de estos colores. Son axilares, hermafroditas y solitarias, con corola simple y pentámera. Se abren solo en las mañanas soleadas, por algunas horas, y pueden aparecer en diferentes épocas del año, con menor frecuencia en invierno y más en períodos de lluvia.
El fruto que se forma a continuación es del tipo cápsula dehiscente, con numerosas semillas diminutas. La verdolaga es notable por su doble capacidad fotosintética, utilizando tanto el mecanismo CAM, adaptado para ahorrar agua en climas áridos, como el proceso C4, eficiente en capturar carbono bajo altas temperaturas y luz intensa.
Además de su uso ornamental, la verdolaga es una PANC de alto valor. Su perfil nutricional es impresionante, siendo una de las fuentes vegetales más ricas en omega-3 y antioxidantes, vitaminas B y C, y otros compuestos bioactivos con propiedades anticancerígenas. En el jardín, podemos utilizarla formando macizos o borduras, ofreciendo un aspecto delicado y campestre al entorno. Se cultiva comúnmente en macetas o jardineras, para uso tanto ornamental, como culinario o medicinal. Es una excelente opción para cultivar en la ventana de la cocina, combinando su función con el ambiente.
En la cocina, la verdolaga puede consumirse entera en forma cruda, frita, cocida o en conserva, como ensaladas, tempuras, sopas y guisos, aportando un sabor ligeramente ácido y salado. Es ampliamente consumida en Europa, Asia, Oriente Medio y América Central, siendo uno de los ingredientes de la tradicional sopa francesa soupe bonne femme, del fatuche, una ensalada típica de la cocina libanesa y de la sopa de verdolagas en Portugal.
Las semillas pequeñas también son comestibles y pueden consumirse crudas, tostadas o germinadas. Es una planta rica en vitaminas B y C, así como en omega-3. Por ser una planta rústica, requiere muy bajo mantenimiento.
También se considera una excelente planta compañera, ayudando a cubrir y proteger el suelo, manteniéndolo húmedo y rico para otras plantas. Capaz de penetrar suelos duros, mejora la textura del terreno y crea canales por donde pueden penetrar las raíces de otras especies.
Debe cultivarse bajo semisombra o sol pleno, apreciando clima tropical y subtropical. Es una especie de rápido crecimiento que prefiere suelo drenable, preferentemente arenoso y rico en materia orgánica. No es exigente en su cultivo.
Sus riegos deben ser ligeramente espaciados, dependiendo del nivel de humedad del sustrato. Además, no tolera las heladas, pero es resistente al frío. Puede propagarse por esquejes de los tallos, pero es más común la propagación por semillas.