El tomate es una de las plantas hortícolas más cultivadas en todo el mundo. Su fruto, el Tomate, es ampliamente utilizado en la cocina de diversos países. Pertenece a la misma familia que las patatas, el tabaco, los pimientos y las berenjenas. Su tallo es de textura herbácea a semi-herbácea, ramificado, rastrero o trepador, flexible y cubierto por numerosos tricomas simples y glandulares. Inicialmente es erecto, pero gradualmente se vuelve postrado debido al peso de las ramas. Su longitud varía de 1,2 a 2,5 metros en promedio. Las hojas son alternas, pecioladas, pinnadas y con márgenes dentados. Las flores, agrupadas en número de 3 a 12, surgen en inflorescencias del tipo cima y son amarillas.
El Tomate es un fruto del tipo baya, y puede tener forma redonda, oblonga, achatada o piriforme. Su color varía del verde, pasando por el amarillo, naranja, rosado, hasta el rojo vivo, de acuerdo con la variedad, pudiendo presentar un patrón liso o con estrías. Hay gran variación también en el tamaño de los frutos, que pueden ser pequeños, como en la variedad cereza o muy grandes, como en la corazón de buey, pudiendo llegar a 750 gramos. En el interior de los frutos carnosos se encuentran las semillas, numerosas, pequeñas, achatadas, envueltas por una pulpa gelatinosa y separadas en lóculos, que varían en número según la variedad.
El Tomate presenta un sabor dulce y ligeramente ácido, y puede ser apreciado de diversas maneras. Puede ser consumido crudo, cocido, asado o deshidratado; en diversas preparaciones como jugos, ensaladas, salsas, sopas, bebidas, pulpas, mermeladas, ketchup, tomate seco, etc. Su color vibrante y sabor inigualable han conquistado el paladar de diversos pueblos. Rico en licopeno, vitaminas A, B y C, carotenoides y minerales, el Tomate es nutritivo y contiene propiedades antioxidantes.
El tomate se adapta a una amplia variedad climática, pudiendo ser plantado en huertos y macetas, al aire libre o en invernaderos. Basta con elegir la variedad más apropiada al clima, la estación del año y el paladar. Es una planta interesante para el aprendizaje del jardinero principiante, ya que está sujeta a una gran variedad de enfermedades y plagas y requiere cuidados y manejos constantes hasta la cosecha. Los niños se benefician del aprendizaje sobre la naturaleza y el ciclo de las plantas al plantar tomates, además podrán saborear el fruto de su propio trabajo.
Debe cultivarse a pleno sol, en suelo fértil, profundo, desmenuzado, drenable, enriquecido con materia orgánica y regado regularmente. Aprecia el clima templado y es bastante exigente en fertilidad. En condiciones de alta humedad y calor se vuelve muy susceptible a plagas y enfermedades. Necesita manejos específicos tales como trasplante, aporcado, desbrote, tutorado con estacas y ataduras. Se multiplica fácilmente por semillas puestas a germinar en semilleros o directamente en el lugar definitivo. Tarda unos 110 días desde la siembra hasta la cosecha en verano.