La Rueda de Fuego es un árbol ornamental, perennifolio, de tamaño mediano a grande, conocido en todo el mundo por la encantadora belleza de su floración. Es originario de las selvas tropicales de Australia, pero ya se ha difundido por diversos países, incluido Brasil. En su hábitat puede alcanzar los 40 metros de altura, sin embargo, en cultivo difícilmente supera los 20 metros. La corteza es de color marrón grisáceo, áspera e irregular.
La base del tronco es cilíndrica y su diámetro alcanza los 75 cm. Las hojas son simples o profundamente lobuladas, oblongas a lanceoladas, alternas, pecioladas, de márgenes enteros y ondulados, brillantes y con nervaduras bien marcadas. Las inflorescencias son del tipo umbela, con los pedicelos florales organizados radialmente en una línea simple, formando un magnífico disco de flores. Las flores son tubulares, de color rojo anaranjado y con largos estambres amarillos.
No tienen perfume, pero producen abundante néctar que atrae a aves e insectos polinizadores. Los frutos son del tipo folículo, dehiscentes, de color marrón grisáceo y en forma de canoa. Contienen numerosas semillas aladas y justamente superpuestas. A pesar de ser considerada una especie de crecimiento lento, la belleza de la Rueda de Fuego vale la pena toda la espera. Su vistosa floración se destaca en el paisaje y en el detalle, generalmente entre el verano y el otoño.
Ideal para plazas, parques y grandes jardines residenciales, donde pueda ser plantada en un lugar destacado, como un punto focal. También puede ser cultivada en macetas grandes y utilizada en la decoración de interiores bien iluminados, por su hermoso follaje, ya que en estas condiciones rara vez florece. Su madera es de buena calidad para trabajos de carpintería.
Debe cultivarse a pleno sol o media sombra, en suelo fértil, enriquecido con materia orgánica y regado regularmente en los primeros años después de la siembra. Se adapta a diversos tipos de suelo pero prefiere los más ricos y arcillosos, aunque drenables. Una vez bien establecida, la Rueda de Fuego es tolerante a la sequía, al calor intenso y al frío. Las plántulas jóvenes deben ser protegidas de heladas, vientos fuertes y deshidratación, con una buena cobertura de suelo.
Responde bien a las fertilizaciones semestrales. Se multiplica por semillas o esquejes de ramas semileñosas o leñosas. En la propagación por semillas tarda 7 años desde la siembra hasta la floración. Las plántulas de esqueje generalmente florecen en el tercer o cuarto año.