El Rey Anturio (Anthurium veitchii) es una especie herbácea, epífita y perenne que proviene de las selvas tropicales de Colombia y se destaca por su frondoso follaje. Presenta largos pecíolos erguidos con hojas colgantes, estrechas, coriáceas, en forma de corazón alargado y de color verde oscuro brillante. Además, tienen un característico aspecto ondulado y arrugado que le confiere una textura única. Cuando son jóvenes, las hojas tienen un tono bronceado o herrumbroso. No confunda el rey anturio con el anturio reina, de la especie Anthurium warocqueanum.
De crecimiento lento, las hojas del rey anturio pueden tardar alrededor de 3 meses en crecer y pueden alcanzar hasta 2 metros de longitud en su hábitat natural. Las inflorescencias aparecen en cualquier época del año, siendo más comunes en primavera y verano, pero tienen poca importancia ornamental. Son del tipo espádice, con una espata de color blanco a amarillo, a veces verde o verde claro, y se encuentran debajo del follaje.
El rey anturio es una planta de interior por excelencia, pero también se puede utilizar en el jardín. En macetas, jardineras o cestas colgantes, es perfecto para decorar la sala de estar, los dormitorios, las oficinas, los porches o la entrada de la casa. En el paisajismo, se puede fijar en horquillas de árboles frondosos o en parterres elevados, siempre en lugares protegidos del sol directo.
Esta planta especial se aprecia mejor cuando se coloca a la altura de los ojos, lo que permite admirar la belleza de sus largas hojas. Por lo tanto, es preferible utilizar macetas altas o colocar las macetas en muebles que les den la altura necesaria. Su mantenimiento es sencillo e implica la eliminación de las hojas secas, la limpieza de las hojas con un paño limpio y húmedo para quitar el polvo, y el trasplante cada dos o tres años durante la primavera para renovar el sustrato y darle nueva vitalidad a la planta.
Debe cultivarse a la sombra en lugares protegidos. Si se cultiva a pleno sol, las hojas del rey anturio se quemarán, lo que provocará la muerte de la planta. Prefiere un clima cálido y húmedo, con temperaturas entre 16 y 27°C.
Su sustrato ideal es uno adecuado para las epífitas, es decir, ligero, poroso, con buen drenaje, con capacidad de retención de humedad y rico en materia orgánica. El riego debe realizarse cuando el sustrato esté seco en la superficie, y se debe reducir el riego en invierno, ya que la combinación de frío y humedad puede causar la putrefacción de las raíces.
El rey anturio aprecia una alta humedad relativa del aire, que debe estar entre 50 y 60%, lo que hace que sus hojas estén más saludables. Por lo tanto, siempre que sea posible, realice la nebulización utilizando un humidificador eléctrico o un pulverizador. Del mismo modo, evite colocar la planta en corrientes de aire o en lugares con aire acondicionado para no resecarla.
No tolera la sequía, las heladas o el frío intenso. En climas templados o subtropicales, mantenga la planta en el interior de la casa o en invernaderos durante el frío invierno. La fertilización es bienvenida para promover su crecimiento. Por lo tanto, fertilice mensualmente durante la primavera y el verano con fertilizantes solubles que contengan micronutrientes y fertilizantes foliares, siguiendo siempre las recomendaciones del fabricante en cuanto a la dilución y la aplicación.
Puede propagarse dividiendo el grupo, dejando que cada nueva planta tenga hojas, tallos y raíces, mediante esquejes del tallo o mediante semillas. Para ello, recoja los frutos maduros, extraiga las semillas y plántelas en sphagnum, manteniendo la humedad durante todo el proceso de germinación.