Poleo

Mentha pulegium

Raquel Patro

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El poleo (Mentha pulegium) es una planta herbácea, rizomatosa, aromática y medicinal, relacionada con la menta (Mentha spicata) y originaria de la región mediterránea y del Medio Oriente. De crecimiento cespitoso, presenta tallos cuadrangulares, erectos y ramificados, que alcanzan los 40 cm de altura. Sus hojas son pequeñas, opuestas, delicadas, lanceoladas, peludas, con márgenes dentados y de color verde. Florece en verano y otoño, exhibiendo inflorescencias globosas y densas, que parecen pequeños «pompones», con flores bilabiadas, de color rosa o morado, con estambres largos.

El poleo ha sido cultivado desde la antigüedad por sus cualidades aromáticas y medicinales. Era costumbre quemar la hierba para repeler las pulgas y otros insectos de las viviendas, de ahí el nombre pulegium, del latín, que deriva de pulex, una referencia a las «pulgas». Además de servir como repelente, el poleo también se utiliza para purificar el agua, perfumar el ambiente y condimentar bebidas y alimentos, como tés, licores, vinos, ensaladas, guisos, asados, pudines, etc. Sus hojas contienen una alta concentración de aceites esenciales aromáticos, con muchas propiedades. Los griegos y romanos ya consumían la hierba en forma de tés e infusiones con fines medicinales. Consulte el cuadro a continuación para conocer los usos medicinales del poleo.

Detalle de la inflorescencia. Foto de Daniel Feliciano
Detalle de la inflorescencia. Foto de Daniel Feliciano

En el jardín, el poleo puede formar parte de la huerta doméstica, o más recientemente, de jardines gourmet y de hierbas medicinales. Se adapta bien a macetas y jardineras, y se adapta bien a espacios pequeños debido a su crecimiento rastrero. Su aspecto redondeado y denso, así como su floración, lo hacen interesante como cobertura vegetal, mezclándose de manera armoniosa en un jardín ornamental. También funciona bien como planta palustre, en áreas cercanas a cursos de agua, suavizando las orillas artificiales y las rocas.

El poleo debe cultivarse a pleno sol o a media sombra, en suelos fértiles, enriquecidos con materia orgánica y regados regularmente. Prefiere ambientes húmedos, como las orillas de ríos o lagos, donde se desarrolla mejor. Sin embargo, también puede crecer en lugares más secos, manteniendo un tamaño más bajo y siendo capaz de tolerar cortos períodos de sequía. Prefiere un clima templado en lugar de calor. En regiones más cálidas, es recomendable plantarlo a media sombra. Se multiplica mediante esquejes de los tallos o por semillas.

Acerca de Raquel Patro

Raquel Patro es paisajista y fundadora de Planterista.com. Desde 2006 desarrolla contenidos especializados en plantas y jardines, ya que cree que todo el mundo, ya sean aficionados o profesionales, debería tener acceso a contenidos de calidad. Como geek, le gustan los libros, la ciencia ficción y la tecnología.