La Planta del Pepinillo (Delosperma echinatum), como revela el nombre, es una especie suculenta que presenta hojas que recuerdan al pepino tipo encurtido, siendo perenne y de gran valor ornamental. Esta suculenta es nativa de Sudáfrica, creciendo en áreas semiáridas, lo que explica su excelente adaptación a condiciones de sequía. El nombre del género, Delosperma, significa «semilla visible» en griego, una referencia a las semillas visibles de la cápsula abierta (fruto) de la planta, mientras que el epíteto específico, echinatum, se refiere a su textura espinosa, similar a un erizo (del griego «echinos»).
Las hojas son gruesas, redondeadas y crecen en tallos cortos, que alcanzan un máximo de entre 10 a 12 centímetros. Además, tanto las hojas como los tallos presentan tricomas (pelos) cortos y rígidos, que más se parecen a espinas, pero son inofensivos. Estos tricomas son glandulares, denotando pequeñas vesículas llenas de agua a lo largo de las superficies, lo que favorece la apariencia de encurtidos o pepino de mar, dando un brillo especial a las hojas. Las flores de la planta del pepinillo pueden aparecer en color blanco, blanco con el centro amarillo o totalmente amarillo. Ellas recuerdan a las margaritas y suelen surgir en primavera y verano.
La planta del pepinillo puede ser cultivada en áreas externas o internas, siempre que reciban luz directa del sol por algunas horas. Como todas las suculentas, al ser cultivada bajo sol pleno, se vuelve más compacta y ornamental. Es comúnmente cultivada en macetas, pero también se adapta muy bien en parterres y mini jardines, a menudo destacándose entre las demás especies, principalmente cuando aparecen las flores. La forma y textura curiosas de sus hojas pueden ser explotadas como un atractivo adicional, encantando a los espectadores, especialmente a los niños.
Como un bono adicional, esta es una planta que atrae a los polinizadores, en especial a las mariposas, haciendo el jardín aún más interesante. Su mantenimiento implica una decapitación ocasional (corte de la parte superior y utilización de esa parte para replantar) cada tres años, para ajustar la forma y controlar su crecimiento, así como para renovar el sistema radicular y prevenir la pudrición de la raíz.
Debe cultivarse bajo sol pleno o semisombra y los riegos deben realizarse cuando el suelo esté seco. Es adaptable a condiciones áridas y semiáridas, desarrollándose fácilmente en suelos poco fértiles, preferentemente bien drenados con buena aireación y un pH ligeramente ácido a neutro. El cultivo en macetas es más fácil para controlar el crecimiento de la planta y es importante que la maceta, así como el sustrato, sean bien drenables. Cultivar esta suculenta en sustrato encharcado puede ser fatal. Tolera el frío del sur del país y las regiones montañosas.
Como otras suculentas, es importante fertilizar la planta del pepinillo de manera suave (⅓ de la fertilización normal) durante la primavera y el verano. Cuando se planta directamente en el suelo, se extiende fácilmente en horizontal, manifestando nuevos brotes. Por lo tanto, en estas condiciones, se debe observar su crecimiento, cuidando de que no sea invasiva. Cuando se cultiva bajo baja luminosidad, tiende a estirarse fácilmente, creciendo los tallos en longitud, pero con las hojas dispersas. Puede multiplicarse por medio de esquejes o semillas.