La suculenta planta de hielo (Corpuscularia lehmannii) es una especie de gran valor ornamental, que ha tenido un gran éxito en terrarios y mini jardines. Originaria de Sudáfrica, en el continente africano, donde crece en regiones semiáridas de clima subtropical, esta planta perenne se destaca por su belleza. El nombre Corpuscularia deriva del latín ‘corpusculum‘, que significa ‘pequeño cuerpo’, una referencia directa a la forma compacta de sus hojas. Además, la especie, lehmannii, fue nombrada en honor al botánico alemán Johann Georg Christian Lehmann (1792 – 1860), fundador del jardín botánico de Hamburgo, reconociendo su contribución.
Sus hojas son pequeñas, gruesas y bien simétricas, con una forma de pirámide redondeada, presentando un color gris azulado. Esta simetría agrega un valor único a la planta, así como la disposición en pares de las hojas que recuerdan un corazón partido. Durante el verano y otoño, la planta florece mostrando inflorescencias amarillas similares a pequeñas margaritas, un espectáculo aparte. Curiosamente, existe una forma variegada de la planta, con hojas mezcladas de amarillo, ofreciendo aún más opciones para la decoración y colección.
Además, la suculenta planta de hielo puede cultivarse en áreas externas, ya sea directamente en el jardín o en patios, balcones, terrazas, etc., o internas, siempre que reciban al menos 4 horas de luz directa del sol. En áreas externas, puede comportarse como una hermosa cubierta de suelo, aunque no es resistente al pisoteo. Por otro lado, aunque es posible cultivarla en ambientes sombreados, en estas condiciones la planta tiende a estirarse, presentando un mayor espaciado entre los pares que forman el encantador corazón.
Esta especie es ideal para cultivarse en macetas, jardines de rocas, terrarios y minijardines, debido a su tamaño pequeño y compacto. La apariencia delicada y geométrica de las hojas puede – y debe – ser explorada para componer un jardín de diferentes texturas. Sin embargo, es necesario tener cuidado al componer terrarios con la suculenta planta de hielo. Muchas personas terminan utilizando vasos y vidrios sin agujeros, o peor aún, cerrados, lo cual es bastante peligroso para las suculentas en general.
Por eso, para arreglos más duraderos, prefiera construir mini jardines o terrarios utilizando recipientes debidamente perforados y abiertos, para un drenaje perfecto y circulación de aire. El mantenimiento de la planta implica el replanteo, para garantizar la salud de las raíces, previniendo la pudrición, y la renovación del sustrato que puede compactarse con el tiempo.
La Corpuscularia lehmannii debe cultivarse bajo sol pleno o media sombra. Adaptable a condiciones áridas y semiáridas, se desarrolla fácilmente en suelos arenosos o rocosos. Al cultivarla en macetas, es esencial utilizar sustratos propios para suculentas, que sean bien drenables y pobres en materia orgánica. Además, esta especie tolera largos períodos de sequía. El riego, por lo tanto, debe ser espaciado, siendo ideal regar cuando el suelo esté seco y priorizando un perfecto drenaje para evitar el riesgo de encharcamiento y, consecuentemente, la podredumbre de la raíz.
Por otro lado, en cuanto a la fertilización, al igual que en otras suculentas, no debe ser intensa. Se recomienda fertilizar de forma equilibrada, utilizando ⅓ de la fertilización recomendada para las demás plantas del jardín, o seguir la recomendación del fabricante si se va a utilizar un fertilizante propio para suculentas. Específicamente para esta especie, la fertilización debe ocurrir en el período vegetativo, durante la primavera y el verano.
A pesar de ser una especie de crecimiento lento, cuando plantada directamente en el suelo, la Corpuscularia lehmannii puede extenderse fácilmente, asemejándose a una alfombra. Su multiplicación puede hacerse mediante estacas de hojas o ramas, división de los macizos o por semillas, siendo la multiplicación por estacas el método más garantizado, rápido y fácil de realizar.