El Pavoncillo Amarillo (Justicia aurea) es un arbusto leñoso y florífero, originario de las regiones costeras de América Central y México. En su hábitat natural, puede alcanzar hasta 6 metros de altura, aunque en cultivo generalmente llega a los 2,5 metros. Sus ramas son pubescentes a tomentosas cuando son jóvenes y poco ramificadas.
Las hojas del pavoncillo amarillo son simples, opuestas, ovadas a elípticas, acuminadas, brillantes, con venas bien marcadas y márgenes crenulados. Florece durante todo el año, con mayor intensidad en primavera y verano. Sus inflorescencias son del tipo espiga, densas, erectas, compuestas por numerosas flores tubulares, de corola amarilla y muy atractivas para los colibríes.
El pavoncillo amarillo se destaca por sus grandes y llamativas inflorescencias que se forman a lo largo de todo el año. Además, gracias a sus hojas anchas y textura suelta, aporta un toque tropical dondequiera que se utilice. Puede agregar encanto a un rincón sombreado en el jardín, así como a lo largo de muros, o aislado en entradas de casas, balcones, etc.
También se puede plantar junto a columnas, guiándolo como si fuera una trepadora, con un poco de tutoría. El pavoncillo amarillo se desarrolla bien en interiores que reciben mucha luz directa, como debajo de claraboyas o cerca de ventanas. En este caso, plántelo en macetas amplias para que pueda desarrollar bien el sistema de raíces.
Debe cultivarse en un lugar semi sombreado, con suelo fértil, enriquecido con materia orgánica e irrigado regularmente. No tolera la sequía ni el frío intenso, especialmente en áreas propensas a las heladas. En áreas costeras, cultívelo a pleno sol. Prefiere el clima tropical, con calor y humedad la mayor parte del tiempo, pero no tolera el encharcamiento prolongado.
Realice la poda del pavoncillo amarillo a fines del invierno para estimular su ramificación y renovación de follaje. En esta ocasión, aproveche para fertilizar la planta con abonos de liberación lenta. Durante la floración, es recomendable eliminar las flores viejas para estimular la formación de nuevos brotes. Se multiplica mediante estacas que se colocan para enraizar después de la floración, durante la poda.