La papa voladora (Dioscorea bulbifera) es una enredadera perenne de la familia Dioscoreaceae, de importancia etnobotánica y alimentaria, especialmente en África Occidental y Asia. Es popularmente llamada Papa aérea, Papa de aire, Cabeza de negro, Acha papa, Papa Caribe.
La etimología del nombre Dioscorea se remonta a Pedanius Dioscórides, un médico y botánico de la Grecia antigua, cuyas obras fueron referencia por siglos en la fitoterapia. El término ‘bulbifera’, por su parte, deriva del latín, significando ‘portadora de bulbos’, una referencia directa a la característica más distintiva de la planta, que son los bulbillos que crecen en sus tallos.
Originaria de las regiones tropicales de África y de Asia, la planta fue introducida en América Latina durante el período colonial, posiblemente traída por pueblos esclavizados. Se adaptó bien al suelo y a las condiciones climáticas tropicales, encontrándose espontáneamente en la América Latina y cultivada tradicionalmente por comunidades quilombolas, caboclas y ribereñas. Aunque su cultivo es más común en el sur, la papa voladora se desarrolla bien en todo el territorio nacional. Adaptada a una variedad de hábitats, desde bosques tropicales hasta áreas montañosas, la papa voladora prospera en suelos bien drenados y ricos en materia orgánica, mostrando una notable capacidad de adaptación a diferentes condiciones ambientales.
La papa voladora es una planta herbácea enredadera que alcanza aproximadamente 10 metros de longitud, enroscándose en el soporte en sentido antihorario. Sus hojas son grandes, llamativas y de forma de corazón, con pecíolos angulosos que varían hasta 15 cm de longitud. Las hojas son alternas, a veces opuestas, enteras, más o menos peludas en ambas caras.
Una característica prominente de la especie es la producción de tubérculos aéreos, conocidos como bulbíferos, que se desarrollan en las axilas de las hojas. Estos tubérculos presentan tamaños y formas variados, pudiendo recordar una mariposa o alas de ángel, lo que originó denominaciones como cará-borboleta y cará-anjo. Otros tubérculos se asemejan a una molleja o tramela, justificando nombres populares como cará-moela y cará-tramela. Además de los tubérculos aéreos, la planta también produce tubérculos subterráneos, ambos comestibles, aunque los aéreos son más apreciados.
Las inflorescencias del Papa voladora son de tipo panícula, axilares y discretas, con flores de color lila a blanquecinas. La planta es dioica, es decir, tiene flores masculinas y femeninas en individuos separados. Las flores masculinas están dispuestas en racimos, formando inflorescencias estaminadas, mientras que las flores femeninas, con ovarios densamente híspidos, también forman inflorescencias de coloración verdosa, midiendo de 4 a 6 mm de diámetro.
La temporada de floración generalmente ocurre en otoño. La polinización es predominantemente realizada por insectos, aunque los detalles específicos sobre los polinizadores del Dioscorea bulbifera son menos documentados. Los frutos son cápsulas trilobuladas, cada lóbulo conteniendo dos semillas orbiculares parcialmente aladas. Aunque la planta produce semillas, la propagación es predominantemente vegetativa, mediante los tubérculos aéreos, debido a su eficiencia y facilidad.
En el paisajismo, Dioscorea bulbifera es valorada por su hábito trepador y su follaje ornamental. La especie es ideal para plantar junto a soportes, como espalderas o cenadores, donde sus tallos pueden enrollarse, ofreciendo un aspecto natural y exuberante a cercas, verjas o incluso a otras plantas, como arbustos y árboles. La capacidad de la planta de desarrollarse en diferentes tipos de soportes la convierte en versátil para composiciones paisajísticas variadas, desde jardines residenciales hasta espacios públicos. Su follaje denso y en forma de corazón añade textura e interés visual a los proyectos paisajísticos.
Además, el cultivo del Papa voladora en áreas urbanas puede contribuir a la promoción de la biodiversidad local y servir como fuente de alimento, alineando estética y funcionalidad en el paisajismo comestible. Es importante considerar que, debido a su vigor de crecimiento, la planta puede necesitar de manejo adecuado para evitar sombreamiento excesivo de otras especies o el crecimiento descontrolado en áreas no deseadas.
En cuanto a la combinación estética con otras especies, el Dioscorea bulbifera combina bien con plantas que tienen características complementarias. Por ejemplo, puede ser plantado junto a especies de flores brillantes como hibiscos o azaleas, que destacan su follaje verde oscuro.
También hace buenas asociaciones con gramíneas ornamentales, que añaden una textura diferente y ayudan a crear un ambiente más natural y relajante.
La papa voladora puede ser cultivada en macetas, aunque generalmente prefiere ser plantada directamente en el jardín donde pueda expandirse libremente, por lo tanto, macetas grandes son más adecuadas si esa es la opción de cultivo.
Las variedades de papa voladora difieren principalmente en términos de tamaño, color y forma de los bulbillos aéreos. Algunas variedades son más valoradas por sus cualidades ornamentales, mientras que otras son cultivadas debido a su valor alimenticio. Sin embargo, no hay muchos cultivares comerciales o híbridos ampliamente reconocidos, ya que la especie es frecuentemente propagada y cultivada en su forma silvestre o tradicional. En algunas regiones, variedades con bulbillos de coloración más oscura son especialmente apreciadas.
La papa voladora, Dioscorea bulbifera, es un tubérculo ampliamente utilizado en la cocina debido a su versatilidad y valor nutricional. Rico en carbohidratos complejos, proporciona energía sostenida, siendo una opción valiosa para atletas y individuos con necesidades energéticas elevadas. Además, es una fuente notable de fibras alimentarias, contribuyendo a la salud digestiva, control del peso y regulación de los niveles de azúcar en la sangre. Su composición nutricional incluye también vitaminas del complejo B, esenciales para el metabolismo y el sistema nervioso.
En la cocina, la papa voladora puede ser preparada de diversas formas. Una manera popular de aprovechar sus beneficios es mediante un puré. Cocine el tubérculo hasta que esté blando, májelo y añada una pizca de sal y pimienta. Para un toque extra de sabor, incorpore ajo asado y un chorrito de aceite de oliva. Este puré no solo complementa platos principales, sino que también sirve como una alternativa saludable al puré de patatas tradicional. Otra manera deliciosa de incorporar la papa voladora es a través de chips horneados. Corte el tubérculo en rodajas finas, sazone con sus hierbas favoritas y hornee hasta que estén crujientes.
Es importante notar que, aunque la papa voladora es ampliamente consumida, algunas variedades, especialmente las de origen asiático, pueden contener compuestos tóxicos. Sin embargo, las plantas cultivadas presentan generalmente poca o ninguna toxicidad, con baja cantidad de toxinas en la cáscara, siendo fácilmente removidas después de lavar los tubérculos. Se recomienda cocinar o hornear el tubérculo antes del consumo, evitando la ingestión cruda. Además, la papa voladora es considerada una planta alimenticia no convencional (PANC) y, a pesar de no ser cultivada en gran escala, no hay registros significativos de potencial invasivo.
La papa voladora prefiere lugares con luz solar plena o parcial, siendo capaz de tolerar una variedad de condiciones de iluminación, pero lo ideal es que reciba al menos algunas horas de luz directa al día para una mejor producción de bulbilhos. En cuanto al clima, la papa voladora se desarrolla mejor en regiones tropicales y subtropicales, con temperaturas que oscilan entre 25°C y 30°C.
Es sensible a las heladas y bajas temperaturas, lo que puede dañar la planta o retrasar su crecimiento. No obstante, incluso después de nieve o heladas, es capaz de rebrotar a partir de los tubérculos subterráneos. Esta especie prefiere suelos bien drenados, ricos en materia orgánica y con buena capacidad de retención de humedad. Los suelos arcillosos o muy compactados deben evitarse, ya que pueden causar la putrefacción de los bulbilhos subterráneos.
La papa voladora necesita riegos regulares, especialmente durante los períodos de crecimiento y desarrollo de los bulbilhos. La frecuencia de los riegos dependerá de las condiciones climáticas y del tipo de suelo, pero es importante mantener el suelo consistentemente húmedo sin encharcarlo. La fertilización puede realizarse con compuestos orgánicos, como estiércol bien curtido o compostaje, aplicados al inicio de la temporada de crecimiento para estimular un desarrollo robusto de la planta. Durante el período de mantenimiento, es esencial eliminar las malas hierbas que puedan competir por nutrientes y agua, además de verificar regularmente la presencia de plagas y enfermedades.
Entre las plagas más comunes que afectan a la papa voladora están los ácaros e insectos masticadores que pueden atacar las hojas, mientras que enfermedades fúngicas, como la podredumbre gris, pueden afectar a los bulbilhos si el suelo está excesivamente húmedo. Se recomienda realizar inspecciones periódicas para detectar precozmente cualquier señal de infestación o enfermedad, aplicando tratamientos orgánicos o químicos según sea necesario para controlar estos problemas.
Esta curiosa enredadera puede propagarse de varias maneras, siendo la más común a través de los bulbilhos aéreos que se forman en las axilas de las hojas. Estos pueden ser cosechados cuando alcanzan un tamaño adecuado, generalmente al final del ciclo de crecimiento de la planta, y plantados directamente en el suelo o en recipientes. La propagación también puede hacerse por medio de semillas, aunque este método es menos común y generalmente más prolongado. Las semillas deben sembrarse en un sustrato ligero y mantenerse húmedas hasta la germinación, que puede tardar varias semanas.