El pancho (Philodendron panduriforme) es una especie herbácea, hemiepífita, rizomatosa y perenne, que se distingue por su follaje peculiar de tres puntas, normalmente comparado con la forma de la cabeza de un caballo o un violín. Originario de la cuenca del Amazonas, además de epífita, también es trepador, al igual que la mayoría de los filodendros. Presenta un rizoma ascendente a decumbente, con raíces aéreas que ayudan en su fijación al tronco de los árboles.
Sus hojas surgen del rizoma, protegidas por catafilos y son sostenidas por largos pecíolos. Son coriáceas, glabras, curvadas hacia abajo y hacia afuera, trilobadas y de color verde. Es importante destacar que las primeras hojas de la planta difieren de la forma adulta, siendo más redondeadas y sin lóbulos. Hay dos variedades de esta especie: el Philodendron panduriforme var panduriforme y P. panduriforme var reichenbachianum, que se diferencian en que la última tiene hojas más anchas y lóbulos proporcionalmente más cortos.
Su inflorescencia es de tipo espádice, con espatas que crecen en pares y son de color verde claro, teñidas de rojo en el interior de color crema. Eventualmente, produce frutos tipo bayas. Es común confundir el P. panduriforme con el P. bipennifolium. Sin embargo, el primero se diferencia del segundo por tener solo 3 lóbulos.
Es una planta ideal para cultivar en macetas en interiores bien iluminados, preferiblemente cerca de ventanas orientadas al este u oeste. De esta manera, decora y aporta una atmósfera tropical a salas, oficinas, balcones, consultorios y vestíbulos, entre otros. El pancho, como su nombre indica, tiene esta forma lúdica y curiosa, con textura y recortes que se destacan entre otras especies.
En el jardín, se utiliza como una trepadora vigorosa que cubre el tronco de los árboles. También es adecuado para jardines verticales. El pancho es una planta de crecimiento lento y fácil de cuidar, que requiere poco mantenimiento, que implica limpiar el polvo acumulado en las hojas con un paño limpio y húmedo o un baño de ducha con agua fría. La poda solo debe realizarse para eliminar hojas muertas, secas o amarillas.
Debe cultivarse en semisombra o luz filtrada y aprecia sustratos aireados y ricos en materia orgánica. Para componer el sustrato, es interesante utilizar musgo, turba, corteza de pino, vermiculita o perlita, para lograr un drenaje eficiente pero que retenga la humedad. Evite cultivarlo bajo luz solar directa, ya que los rayos solares pueden quemar las hojas.
El riego debe ser espaciado de manera que el sustrato se seque superficialmente entre riego y riego, evitando el encharcamiento. Aprecia la alta humedad del aire, por lo que es interesante utilizar un humidificador eléctrico o platos con agua para aumentar la humedad y promover su desarrollo. Temperaturas muy calurosas o frías pueden llevar al crecimiento atrofiado del pancho, por lo que la temperatura ideal de cultivo es entre 16 y 24ºC.
Replanteo cada dos o tres años para renovar el sustrato. Recuerde proporcionar un soporte adecuado para que la planta trepe y desarrolle las hojas adultas y lobuladas. La fertilización debe realizarse mensualmente durante la temporada de crecimiento, es decir, durante la primavera y el verano, de forma moderada, con fertilizantes de liberación lenta u orgánicos, siguiendo siempre las instrucciones del fabricante en cuanto a la dosificación. La propagación del pancho puede realizarse mediante esquejes, alporquia o siembra, durante la primavera.