La Palma de Salón (Chamaedorea elegans) es una palma de pequeño tamaño, dioica y libre de espinas, originaria de México y Guatemala, que ha tenido un gran éxito como planta ornamental, especialmente en interiores, debido a su atractivo tropical y facilidad de cultivo. A pesar de lo que pueda parecer, esta palma tiene un único estípite (tallo) y comúnmente se planta en grupos de tres o más individuos.
El estípite es cilíndrico, delgado y presenta anillos formados por cicatrices dejadas por la caída de las hojas. Las hojas son pinadas, brillantes y densamente dispuestas en la parte superior de la planta. La inflorescencia aparece en primavera y verano, siendo del tipo racimo, con diminutas flores amarillas de poca importancia ornamental. Los frutos son del tipo baya, pequeños, de color negro y esféricos.
Esta encantadora palmera puede usarse para decorar interiores bien iluminados y no demasiado secos. Es común encontrarla en oficinas, centros comerciales, salas de estar, entre otros. Con un crecimiento moderado, requiere baja mantenimiento y siempre añade un toque tropical a los ambientes. Suele cultivarse en grupos densos, en arreglos de mesa o esquinas, y es muy común en mini jardines y terrarios.
También puede cultivarse de manera aislada, en macizos o bordes en jardines, patios o balcones, ya sea en macetas o directamente en el suelo, pero siempre protegida del sol. Es ideal para jardines pequeños o áreas que requieran una escala reducida debido a su tamaño.
Debe cultivarse a la sombra parcial o luz difusa, en un sustrato rico en materia orgánica, bien drenado e irrigado con frecuencia. La exposición directa al sol puede causar quemaduras en las hojas. Aprecia el calor y la humedad ambiental, por lo que se debe evitar lugares con corrientes de aire o aire acondicionado, aunque puede sobrevivir durante períodos prolongados en estas áreas.
En climas templados, se recomienda proteger la planta del frío en interiores durante los meses de otoño e invierno. El sustrato para la Palma de Salón debe mantenerse húmedo, sin secarse completamente entre riegos. Hojas amarillentas o con puntas secas indican la falta de humedad. En días nublados o lluviosos, se puede aprovechar para regar la planta con una manguera en el patio y así eliminar el polvo que eventualmente se haya acumulado en las hojas.
Fertilice mensualmente durante los meses cálidos con fertilizantes específicos para palmeras. A pesar de resistir bien el envejecimiento de raíces, es recomendable trasplantar la Palma de Salón a una maceta más grande cada dos o tres años. Se puede multiplicar mediante semillas, despojadas de pulpa y recién cosechadas, colocadas para germinar en una mezcla de arena y tierra vegetal, manteniéndola húmeda.
