Una orquídea curiosa en varios aspectos, así es la orquídea garceta blanca (Pecteilis radiata), originaria de llanuras húmedas de China, Japón y Corea. Actualmente se encuentra gravemente amenazada de extinción, ya que su hábitat fue tomado por cultivos de arroz y por la urbanización. Es posible encontrarla en su estado nativo, en altitudes superiores a 500 metros, en terrenos accidentados y no cultivables que quedan en Japón. A diferencia de la gran mayoría de las orquídeas, que se comportan como perennes, la orquídea garceta blanca tiene un ciclo anual y sorprendentemente: ¡forma raíces tuberosas, que permiten el rebrote año tras año!
En primavera y verano crecen las hojas, erectas, lineal-lanceoladas, que dan a la planta un aspecto de gramínea. En verano aparecen las flores, sobre tallos por encima del follaje, en número de una a ocho por planta. Durante el otoño, la planta comienza a decaer, las hojas se marchitan y gradualmente se forman nuevas raíces tuberosas a lo largo del rizoma. Ya en invierno, las finas raíces de la planta se descomponen, quedando de uno a tres y, no raro, más tubérculos, de color marrón claro, ovoides y velludos, que darán origen a las nuevas plantas en la próxima primavera.
La delicada flor blanca de esta orquídea tiene un labelo dividido en tres lóbulos. Dos laterales, finamente franjados, y uno central, liso, que apunta hacia abajo. Este magnífico conjunto es lo que da el aspecto de garceta, en pleno vuelo, con las alas abiertas. La flor presenta también un largo nectario, de unos ocho centímetros de longitud, arqueado, de color verde, debajo del labelo. ¡Una orquídea sorprendente!
Algunos consideran esta planta de fácil cultivo, mientras otros dicen que es bastante difícil de desarrollarla. De hecho, debido a tantas diferencias, su manejo es diferente de cualquier otra orquídea a la que estamos acostumbrados a cultivar. Para los orquidófilos de guardia, puede ser un tremendo desafío. Pero, para jardineros que ya tienen experiencia con plantas carnívoras, el manejo de la orquídea garceta blanca puede considerarse fácil, debido a las similitudes en el hábitat de estas diferentes plantas.
El clima también tiene una gran influencia en el cultivo de esta especie, que prefiere lugares soleados, con alta humedad y estaciones bien marcadas para multiplicarse y florecer. Bajo clima tropical, será necesario protegerla de temperaturas superiores a 30°C y sobre todo de la sequía, a la cual no tolera ni un solo día. En este tipo de clima, la invernación de los tubérculos deberá realizarse en nevera.
La orquídea garceta blanca debe cultivarse bajo sol pleno o media sombra, en sphagnum vivo o mezclas propias para plantas carnívoras y mantenerse húmedo durante el período vegetativo de la orquídea. En invierno, cuando la planta entra en dormancia, el sustrato debe mantenerse seco para que los tubérculos permanezcan sanos. En todo momento tenga cuidado de no encharcar el sustrato, que necesita aireación, evitando así enfermedades y pudriciones. No tolera la salinidad de regiones costeras.
Fertilice con abonos propios para orquídeas, con micronutrientes, preferiblemente inorgánicos. Utilice agua reposada, libre de cloro y exceso de minerales durante los riegos. Se multiplica por separación de los tubérculos que se forman en otoño/invierno. Plante los nuevos tubérculos a un centímetro de profundidad, con la parte puntiaguda apuntando hacia arriba, pues de allí saldrán los primeros brotes.