La orejas de gato (Kalanchoe tomentosa) es una planta suculenta, de follaje muy curioso y ornamental, que llama la atención por la disposición y forma de sus hojas, pero principalmente por su color y textura, que recuerdan a las orejas de animales tiernos, y le han valido apodos cariñosos como orejas de gato y planta panda. Sus hojas son gruesas, de forma oblongo-lanceolada, cóncavas en su cara superior y con una quilla central en la cara inferior. Están recubiertas por pelos cortos y blancos, que le dan el aspecto aterciopelado característico.
En los gruesos bordes dentados hay manchas formadas por pelos oscuros, de color marrón, que delinean la forma de las hojas y complementan la rara estética de esta planta. El tallo es corto, ramificado y de crecimiento lento, y las hojas se disponen sobre él de manera sésil y en roseta. Florece en primavera, mostrando inflorescencias terminales, con flores tubulares de color rosa o salmón, de importancia ornamental secundaria.
Logre un excelente contraste con la orejas de gato en parterres bien drenables, así como en macetas y jardineras. El color gris plateado de esta planta llama la atención por sí solo, además de realzar el color de otras especies. Úsela en jardines desérticos o del tipo «xeriscape», con baja necesidad de agua, combinándola con otras especies que prefieran este hábitat, como suculentas, cactus, agaves, etc. Su textura suave y delicada la convierte en una planta elegida también para jardines sensoriales, que se perciben no solo con la vista, sino también con el tacto.
Es una planta fácil de cultivar, ideal para coleccionistas o jardineros principiantes. Sin embargo, es más resistente a la negligencia que al exceso de cuidados, especialmente en lo que respecta a la humedad. Puede olvidar regarla por bastante tiempo y aún así estará bien, pero si la riega demasiado, pronto perderá su planta. Para un aspecto más denso, cultive la orejas de gato bajo más luz, y para un crecimiento más suelto, menos luz.
Debe cultivarse bajo media sombra o abundante luz indirecta, en sustrato arenoso, perfectamente drenable y enriquecido con materia orgánica, apropiado para plantas suculentas y cactáceas. Las riegos deben ser abundantes pero espaciados, permitiendo que el sustrato se seque bien entre una irrigación y otra.
Es importante evitar mojar el tallo o las hojas, ya que el agua acumulada entre los delicados pelillos puede propiciar la aparición de enfermedades fúngicas y bacterianas. No tolera encharcamientos, frío intenso (por debajo de 5°C) o heladas. En áreas de clima subtropical a templado, conviene trasladar las plantas a interiores o invernaderos en invierno, para protegerlas del frío. Nunca utilice platos bajo el macetero de esta suculenta, para evitar el rápido pudrimiento de sus delicadas raíces.
Abone con fertilizantes específicos para cactus y suculentas y cambie el sustrato cada dos años. Se multiplica fácilmente por esquejes de hojas maduras, que se desprenden y se dejan cicatrizar al menos un día antes de plantarlas en sustrato adecuado.