La Oreja de Burro (Cyclanthus bipartitus) es una especie herbácea, cespitosa y perenne, que se destaca por su follaje de aspecto arrugado y bi-partido, dando la impresión de que cada hoja son dos. Originaria de la región amazónica, crece como planta palustre en arroyos, así como en tierras bajas y húmedas, siempre protegida por el dosel de los árboles.
Algunos botánicos la consideran con rizoma corto, mientras que otros la describen como acaule, por lo que da la impresión de que sus hojas surgen directamente del suelo. Las hojas crecen formando densos grupos y tienen un color verde claro y brillante. Son grandes, anchas, erectas, coriáceas, sostenidas por largos pecíolos, bi-partidas en individuos adultos (donde presentan lóbulos falciformes) y tienen una característica textura «arrugada».
La inflorescencia de la oreja de burro puede surgir en cualquier época del año, en tallos más grandes o más pequeños, es del tipo espádice con apariencia de tornillo, anillos de flores pistiladas y estaminadas dispuestas alternadamente y cuatro grandes espatas en la base. Las flores son de color crema y son pequeñas, con poco o ningún valor ornamental. Sin embargo, sus espatas son muy perfumadas y liberan un aroma delicioso a vainilla y canela. Después de la polinización, realizada por escarabajos, se forman los frutos y, una vez maduros, se desprenden en discos, liberando las semillas.
Es cada vez más frecuente el uso de la oreja de burro en proyectos paisajísticos, donde se revela como una opción interesante para áreas semi-sombreadas a sombreadas. Cuando se cultiva en parterres, formando masas o hileras junto a los muros, agrega un gran valor ornamental. También es una planta palustre por excelencia y puede agregar textura al borde de estanques y espejos de agua. De esta manera, aporta un aire tropical y contemporáneo a jardines de pequeño a gran tamaño, ya sean residenciales, comerciales, áreas de condominios, etc.
Además, también se presta como una excelente opción para interiores, siendo cultivada en macetas grandes y jardines de invierno. Tenga cuidado con la «escala» al usar la oreja de burro, ya que su tamaño grande como follaje puede dominar el espacio. Lleve su textura única a espacios amplios, donde aportará exclusividad y elegancia. En general, es una planta resistente y de fácil cultivo que requiere poca mantenimiento, que incluye la limpieza del polvo acumulado en las hojas con un paño limpio húmedo o una ducha fría. La poda debe hacerse solo para quitar hojas muertas o amarillas, con fines estéticos.
Debe ser cultivada a la sombra parcial o luz filtrada y aprecia sustratos ricos en materia orgánica que retengan la humedad. Para componer el sustrato, es interesante optar por un suelo más arcilloso mezclado con tierra vegetal. Se puede utilizar turba y corteza de pino para aumentar la aireación y retención de humedad del sustrato.
Evite exponer en exceso la oreja de burro a la luz solar directa, especialmente en las horas más calurosas del día. La exposición puede causar quemaduras irreversibles. Dado que es esencialmente una planta acuática, el suelo debe mantenerse húmedo en todo momento, sin necesidad de encharcar. Aprecia el clima cálido y húmedo, por lo que es recomendable evitar el aire acondicionado y aumentar la humedad del aire con humidificadores. En climas templados o subtropicales, debe cultivarse preferentemente en ambientes protegidos, como en interiores o en invernaderos húmedos. No tolera las heladas ni la sequía.
La fertilización debe realizarse en la temporada de crecimiento, es decir, durante la primavera y el verano, de manera moderada, con abonos orgánicos o minerales, en el área de proyección del follaje, sin tocar el cuello de la planta. Recuerde regar la planta antes de fertilizar para evitar quemaduras en las raíces. La propagación de la oreja de burro se realiza comúnmente por división de grupos, esquejes de hojas (con pecíolos) o siembra, en cualquier época del año.