La Mermelada (Streptosolen jamesonii) es un arbusto perennifolio, trepador y muy florífero, originario de Bolivia, Colombia y Perú, utilizado como ornamental en diferentes regiones tropicales del planeta. Presenta ramas largas, curvadas, flexibles y ramificadas, con textura semi-lignificada. Sus hojas son ovaladas a elípticas, brillantes, verde oscuro y con venas marcadas, lo que les confiere un aspecto engomado.
Puede florecer durante todo el año en climas favorables, pero siempre con mayor intensidad en primavera y verano. Sus inflorescencias aparecen en racimos terminales, con numerosas flores. Las flores tienen forma de trompeta, con pétalas lobuladas y son inicialmente amarillas, adquiriendo gradualmente tonos anaranjados, de modo que al observar el arbusto florecido podemos percibir diversos tonos entre el amarillo y el naranja destacando en la planta. La floración atrae colibríes, mariposas y abejas que se alimentan de su néctar.
La mermelada puede ser guiada de diversas formas, desde natural, respetando su aspecto informal, con podas para convertirla en un arbusto erguido y más denso, sin embargo, no es apropiada para topiarios, y guiada sobre soportes, como una enredadera. En la versión enredadera, la mermelada es interesante para coronar muros o sobre soportes no muy grandes como pilares.
Debido a su naturaleza trepadora, requiere ataduras para su guía. En la forma arbustiva puede ser utilizada de manera aislada, como punto focal, o en grupos, formando masas y hileras, que pueden servir para delinear caminos o suavizar escaleras, construcciones y vegetación de mayor tamaño. También es adecuada para plantar en macetas y jardineras.
Debe ser cultivada a pleno sol o semisombra, en suelo fértil, drenable, enriquecido con materia orgánica e irrigado regularmente. En regiones con climas muy calurosos, es recomendable cultivarla a semisombra, con al menos 6 horas diarias de sol directo, evitando las horas más calurosas del día. En climas más templados, la exposición al sol pleno será más beneficiosa, resultando en una floración más intensa.
Una vez establecida, la mermelada se vuelve resistente a cortos períodos de sequía, pero en lugares con calor intenso y seco, es conveniente realizar riegos suplementarios. Es sensible al frío y las heladas. Las podas son permitidas para la formación y rejuvenecimiento, realizándose siempre después de la floración, momento ideal para eliminar también ramas viejas, secas y enfermas. Se multiplica por esquejes de las ramas, plantados para enraizar después de la floración, incluso se pueden aprovechar las ramas eliminadas durante la poda.