Lorito

Cojoba arborea

Raquel Patro

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El Lorito (Cojoba arborea) es un árbol de la familia de las leguminosas, de porte majestuoso, proporcionando buena sombra y con frutos pendulares característicos, muy ornamentales. Es nativo de América Central, el Caribe, México, Bolivia y Ecuador, y no es típico de bosques densos, ya que generalmente se encuentra en áreas abiertas o de transición.

Su copa es amplia y abierta, con un tronco único o ramificado, a menudo retorcido, con un diámetro de aproximadamente 50 centímetros y una altura que suele oscilar entre los 6 y 9 metros, pero en casos excepcionales puede llegar a los 35 metros. Las hojas son alternas, compuestas bipinnadas y glabras, con folíolos elípticos. Inicialmente aparecen en tonos rojizos y luego adquieren un color verde medio brillante.

Las inflorescencias aparecen en primavera y son de tipo capitulado, globosas, hermafroditas, con largos estambres de color blanco que se asemejan a pequeñas borlas. Los frutos que siguen son vainas curvadas y dehiscentes, de color rojo brillante, con aproximadamente 15 centímetros de longitud y que contienen de 4 a 8 semillas negras elipsoides.

Brinco-de-índio (foto da árvore). Foto de TreeWorld
Lorito (foto del árbol). Foto de TreeWorld

El lorito es un árbol para ser apreciado en espacios amplios, como parques y plazas públicas, así como en jardines residenciales extensos. Ofrece una sombra fresca en verano debido a su amplia y frondosa copa. En esta especie, los frutos, en contraste con las semillas, son el principal atractivo.

Por lo tanto, es interesante plantarlos en áreas donde puedan ser vistos por observadores cercanos. Su madera tiene una textura media, es dura, pesada, fuerte y duradera, pero no es difícil de trabajar. Se utiliza en la construcción, así como en estacas, postes, muebles, papel, escaleras, suelos y carpintería en general.

Debe ser cultivado a pleno sol, en suelos fértiles, profundos y enriquecidos con materia orgánica, y debe ser regado regularmente. Prefiere un clima tropical, cálido y húmedo, y puede crecer a altitudes de hasta 2.000 metros. No tolera las heladas.

Se multiplica por semillas, que se recogen frescas de frutos maduros y se siembran inmediatamente en un sustrato fértil, manteniéndolo húmedo. La germinación ocurre en aproximadamente 22 días. Las plántulas están listas para ser trasplantadas al lugar definitivo en 5 a 8 meses. Realice el trasplante durante la temporada de lluvias.

Acerca de Raquel Patro

Raquel Patro es paisajista y fundadora de Planterista.com. Desde 2006 desarrolla contenidos especializados en plantas y jardines, ya que cree que todo el mundo, ya sean aficionados o profesionales, debería tener acceso a contenidos de calidad. Como geek, le gustan los libros, la ciencia ficción y la tecnología.