La lluvia de estrellas (Clerodendrum quadriloculare) es una planta arbustiva, semi-leñosa, con follaje y floración ornamentales, nativa de Filipinas y Nueva Guinea. Presenta un tallo ramificado desde la base, erecto, capaz de alcanzar los 6 metros de altura, aunque generalmente no supera los 3 metros. Puede ser perenne a semi-decidua, dependiendo de las condiciones climáticas donde se cultiva.
Sus hojas son grandes, opuestas, lanceoladas, elípticas a oblongas, pubescentes, con nervaduras bien marcadas y márgenes irregularmente dentados. Una característica distintiva de las hojas es la página superior verde oscura a ligeramente azulada y la página inferior púrpura, lo que hace atractiva a la planta incluso cuando no está en flor. También existe una variedad con hojas variegadas de crema amarillo.
Florece en primavera, mostrando inflorescencias terminales del tipo panícula, densas, con numerosas flores tubulares y largas, similares a hisopos cuando están cerradas, que se abren en cinco pétalos recurvados, revelando los estambres. El cáliz de las flores es rojo y la corola puede ser rosa o blanca. Los frutos que siguen son drupas elipsoides de color violáceo, con cuatro lóculos, lo que le dio el nombre botánico ‘quadriloculare‘.
Una planta espectacular y aún poco utilizada en paisajismo, la lluvia de estrellas puede ser plantada de manera aislada, como punto focal, o en grupos y filas. Como seto vivo ofrece privacidad a la propiedad. El follaje oscuro puede ofrecer un excelente fondo para otras especies más pequeñas y de color verde más claro. Además, su floración exuberante atrae a muchos visitantes graciosos, como colibríes y mariposas. A través de podas, se puede mantener y estimular el comportamiento arbustivo y el espesamiento de la planta, así como también podemos entrenarla para que se convierta en un pequeño árbol elegante.
Como pequeño árbol es interesante su uso en aceras y paseos. Ideal también para plantar en macetas grandes, decorando patios, terrazas, balcones o incluso para regalar. Rústica, no exige grandes cuidados, que generalmente se resumen en la eliminación de las nuevas plántulas que surgen de las raíces y podas anuales, realizadas después del fin de la floración.
Debe cultivarse a pleno sol o semisombra, en suelo fértil, drenable, enriquecido con materia orgánica e irrigado regularmente en el primer año de implantación. Una vez completamente establecido, la lluvia de estrellas se vuelve tolerante a cortos períodos de sequía, así como a períodos excesivamente lluviosos, sujetos a encharcamientos.
La lluvia de estrellas aprecia el calor y la humedad tropicales. Bajo heladas o frío intenso, se resiente, perdiendo todas las hojas y posibles capullos, pero suele rebrotar en primavera. Fertilice mensualmente en primavera y verano, con fertilizantes adecuados para la floración. Se multiplica por semillas, pero más comúnmente por separación de los brotes que surgen espontáneamente alrededor de la planta madre.