La Lapicera de escribano (Aechmea distichantha) o caraguatá es una bromelia nativa y de tamaño mediano, considerada de sombra. Su floración exuberante atrae a coleccionistas de todo el mundo. El follaje está dispuesto en roseta, formando un característico «cáliz» central, donde la planta acumula agua y recibe nutrientes traídos por el viento y la lluvia. Este «cáliz» es muy importante, ya que a través de él la planta se hidrata y se alimenta. Las hojas son arqueadas, verdes en su longitud y rojizas en la base, con pequeños espinas marrones en los bordes.
Están cubiertas por escamas, que le dan un aspecto grisáceo y mate característico del género Aechmea. Las raíces son fuertes y duras y, al igual que en otras bromelias, su principal función es fijar la planta al sustrato. La inflorescencia surge generalmente en primavera y solo una vez en plantas maduras. Es erecta, compuesta por brácteas rosadas, muy vistosas y duraderas, permaneciendo intactas durante semanas. Las flores aparecen entre las brácteas y son tubulares, con pétalos azules, blancos o rosados. Después de la floración, la planta muere, no sin antes dejar algunos nuevos brotes que surgen de la base de la planta.
Esta hermosa bromelia puede ser fijada en árboles, plantada en macetas o directamente en parterres, formando macizos o borduras en lugares con luz indirecta. Aporta un aire tropical al jardín, con sus colores románticos e inusuales. En la composición de los actuales jardines verticales, la planta-vaso es una especie de elección. En macetas o jardineras, cultive la planta-vaso en el balcón o incluso dentro de casa, en un lugar bien iluminado. Es muy rústica y resistente a plagas y enfermedades. Incluso después de la floración, mantenga los cuidados hasta que los brotes sean lo suficientemente grandes como para ser separados de la planta madre.
La Lapicera de escribano debe cultivarse bajo media sombra en sustrato propio para epífitas o fijada en el tronco de árboles no caducifolios. Aprecia la humedad, por lo tanto, debe ser regada frecuentemente, manteniendo el cáliz siempre lleno. Sin embargo, evite el encharcamiento de las raíces, ya que favorece la pudrición. Al igual que otras bromelias, la planta-vaso es muy sensible a los pesticidas y fertilizantes químicos, prefiriendo así fertilizaciones orgánicas. No utilice caldo bordelés u otros productos a base de cobre en bromelias. Se multiplica por semillas frescas y por separación de los brotes laterales que se forman después de la floración.