El Jazmín estrellado (Trachelospermum jasminoides) es una enredadera lenosa y florífera que crece más de 3 metros de altura y tiene origen asiático. Presenta ramas finas, delicadas y muy ramificadas, con apariencia de alambre, que exudan una savia lechosa al cortarse. Sus hojas son de color verde oscuro, lisas, brillantes y opuestas, con forma ovalada a lanceolada.
También existe una variedad con hojas variegadas de crema, que tiene un hermoso efecto aunque menor vigor que la forma típica. Florece a mediados de la primavera, produciendo racimos de flores pequeñas, pentámeras, con forma de estrella y muy perfumadas. Al principio, las flores son blancas, pero con el tiempo adquieren tonos cremosos. Son muy atractivas para las abejas.
Foto de Herry Lawford
En el jardín, el jazmín estrellado agrega una textura fina y densa, creando escenarios para otras especies o estructuras. Úselo para suavizar la aspereza de construcciones como muros y paredes, pudiendo apoyarse en diferentes tipos de soportes como enrejados, árboles, pérgolas, etc. Además, se utiliza mucho debido al delicioso perfume de sus flores, lo que nos lleva al siguiente consejo. Evite plantarlo cerca de las ventanas de habitaciones de personas sensibles que puedan sentirse molestas con el perfume intenso y constante.
También puede ser cultivado en macetas y jardineras, siempre que se le proporcione soporte. Es de bajo mantenimiento y no requiere tutoramiento para subir sobre los soportes. Las podas anuales, realizadas después de la floración, tienen como objetivo dar forma a la planta y eliminar ramas enfermas, secas y mal formadas. En algunos momentos, puede ser interesante una poda más drástica para estimular la renovación del follaje y devolverle el vigor.
Debe ser cultivado a pleno sol o en semisombra, en suelos de media a alta fertilidad, drenables, preferiblemente neutros a ligeramente alcalinos, e irrigados a intervalos regulares. Las plantas cultivadas a pleno sol se vuelven más densas y florecen con mayor abundancia que aquellas cultivadas a semisombra. Una vez bien establecido, el jazmín estrellado es capaz de tolerar cortos períodos de sequía. Resiste al frío invernal y a heladas leves. Se multiplica por acodo aéreo o esquejes de ramas semi-lenosas, plantados para enraizar en verano y otoño.
