El género Eichhornia, comúnmente conocido como Jacinto de Agua, Mureré o Aguapé, alberga varias especies de plantas acuáticas. Entre ellas, el Jacinto de Agua Brasilero ( Eichhornia paniculata) se destaca por sus características únicas. Esta planta perenne es nativa de las regiones norte y noreste de Brasil, encontrándose principalmente en las orillas de ríos y lagos, donde desempeña un papel ecológico importante.
A diferencia de su prima más conocida, la Eichhornia crassipes, conocida por sus densas y grandes inflorescencias, la E. paniculata presenta inflorescencias más delicadas y largas, del tipo panícula, con más de cien flores moradas y hermafroditas. Estas flores, más pequeñas y elegantes, son un atractivo visual en el ambiente acuático y también desempeñan un papel crucial en la biodiversidad, atrayendo una variedad de polinizadores, como abejas y mariposas.
La E. paniculata es una planta herbácea, florífera y acuática, adaptada a ambientes acuáticos. Su tallo estolonífero permite que la planta se propague con facilidad, anclando sus raíces en el lodo. En situaciones de inundaciones, estas raíces pueden desprenderse, haciendo que la planta sea temporalmente flotante hasta que encuentre un nuevo lugar para fijarse. Esta característica, aunque beneficiosa para su supervivencia en ambientes dinámicos, también contribuye a su potencial invasor.
Las hojas de la E. paniculata son otro aspecto notable. Cordiformes, verdes, brillantes y sésiles, emergen en una disposición de roseta basal o en pecíolos que se elevan por encima del agua. El conjunto de su follaje crea el refugio ideal para muchos seres acuáticos, como pequeñas ranas, alevines, insectos, etc., ofreciendo sombra, nutrición y escondite. La floración ocurre principalmente en la primavera y el verano, cuando las condiciones climáticas son más favorables.
Para su cultivo, E. paniculata requiere algunas condiciones específicas. Debe plantarse bajo sol pleno, en orillas de estanques, lagos o cuerpos de agua, pudiendo colocarse directamente en el suelo o en macetas preparadas con abundante materia orgánica. La especie también se adapta bien a terrenos bajos y anegados, como los varzeales. Sin embargo, es sensible al frío y a corrientes de agua muy fuertes, que pueden desenterrar las plantas.
Su uso en paisajismo es valorado debido a su belleza y capacidad para purificar el agua, absorbiendo nutrientes en exceso y contribuyendo a la salud del ecosistema acuático. No obstante, es importante estar consciente de su potencial invasor. Por ejemplo, en el estado de Florida, en Estados Unidos, su cultivo está prohibido. El manejo cuidadoso y el control de la propagación de E. paniculata son esenciales para evitar impactos negativos en ecosistemas locales. Es necesario prestar atención a su cultivo en ambientes que puedan ser aislados y monitoreados, evitando la plantación en las orillas de ríos, o en lagos que se comunican durante el período de lluvias.
La reproducción de la E. paniculata ocurre tanto por semillas como por división de matas. Su crecimiento y multiplicación naturales en ambientes favorables son bastante rápidos. De esta manera, puede ser empleada para descontaminar áreas eutrofizadas o contaminadas. Sin embargo, es necesario realizar remociones periódicas de masa verde, evitando que la planta cubra completamente el agua.