El güembé (Thaumatophyllum undulatum) es una especie monóica de porte arbustivo, hemiepífita, rizomatosa y perenne, con enormes hojas en forma de corazón, de márgenes onduladas, bastante llamativas. Es nativo del sur de Brasil, Paraguay y Argentina, donde crece preferentemente en bosques y zonas pantanosas. También se considera una planta trepadora, ya que crece sobre soportes como troncos de árboles.
Tiene un rizoma fuerte, decumbente o ascendente, con raíces aéreas que ayudan en su fijación. Sus hojas emergen del rizoma, protegidas por catáfilos y son sostenidas por largos pecíolos teretes (cilíndricos). Son gigantes y pueden alcanzar hasta 90 cm de longitud y 60 cm de ancho. Son coriáceas, ovado-cordadas a ovado-sagitadas, sinuosas, con recortes anchos y redondeados, lóbulos de 4 a 10 cm, márgenes ondulados y de color verde oscuro brillante. En las plantas jóvenes, las hojas tienen poco o ningún recorte y ondulación, lo que dificulta la identificación.
La inflorescencia es típica de la familia Araceae, es decir, es de tipo espádice, con espata de color verde a color vino, y espádice cilíndrico y blanco. Aparece ocasionalmente en las axilas de las hojas y tiene poca importancia ornamental. Las flores femeninas maduran en un momento diferente que las masculinas, lo que limita la autopolinización. Además, su inflorescencia tiene un aroma cítrico. Después de la polinización, produce frutos en forma de bayas.
Esta es una especie robusta, ideal para plantar individualmente o en grupos en amplios céspedes o junto a lagos, como planta palustre. También se puede utilizar como borde a lo largo de muros o incluso en grandes macetas que realcen su follaje.
Debido a su gran tamaño, el güembé merece mucho espacio para desarrollarse. En bosques, e incluso en árboles y postes, puede funcionar como una hermosa cubierta, dando al jardín el aspecto de una selva tropical. El cultivo en macetas en el interior de la casa es interesante, siempre y cuando se cultive cerca de una ventana soleada y en una maceta grande que pueda albergar su tamaño.
Su follaje con aspecto de barnizado es ideal para decorar salas, oficinas, balcones, patios y otros espacios amplios. Además, esta especie se adapta muy bien a jardines verticales, especialmente los de estilo «Urban Jungle». El güembé es una planta de crecimiento inicial lento y fácil de cultivar. El mantenimiento de las plantas en macetas implica limpiar el polvo acumulado en las hojas con un paño limpio y húmedo o ducharlas. La poda debe realizarse para eliminar hojas muertas o amarillentas, así como para limitar su crecimiento.
Debe ser cultivado a la sombra parcial o a pleno sol y aprecia suelos fértiles, ricos en materia orgánica, arenosos o limosos, incluso aquellos sujetos a inundaciones. Riegue regularmente para mantener el suelo ligeramente húmedo. Le gusta la alta humedad relativa del aire, por lo que al cultivarla en interiores, use platillos con agua o un humidificador eléctrico y evite el aire acondicionado. Tolera las heladas suaves y las bajas temperaturas del invierno subtropical.
El güembé también aprecia entornos acuáticos y es común encontrarlo en áreas pantanosas. Fertilice en primavera y verano con fertilizantes líquidos o de liberación lenta, así como con materia orgánica, siguiendo siempre las instrucciones del fabricante. La propagación del güembé puede ocurrir mediante la separación de los brotes que surgen de la planta madre, la división del rizoma o la siembra.