El Helianthus debilis, conocido como Girasol de playa, es una planta perenne y herbácea de rápido crecimiento que forma un denso enredo cubriendo todo el suelo. Es originaria de las regiones costeras de los Estados Unidos. Sus tallos son decumbentes a erectos, muy ramificados, dispersos y pueden ser glabros (lisos), hirsutos o pubescentes. Tiene hojas deltoides, de color verde oscuro, ásperas, alternas, de aproximadamente 10 cm de longitud, con largos pecíolos y bordes dentados.
Sirven como un fondo perfecto para las inflorescencias pequeñas que se elevan por encima del follaje en largos pedúnculos. La floración ocurre desde la primavera hasta el otoño y puede extenderse durante todo el año de manera continua en regiones sin heladas. Cada una de estas encantadoras inflorescencias en forma de capítulo está adornada con 10 a 20 rayos de color amarillo dorado que rodean un centro marrón-rojizo, como los girasoles, y tienen aproximadamente 7 cm de diámetro. También existe una variedad con flores de color crema, la H. debilis ‘Ice Cream’.
El Girasol de playa es especialmente atractivo para las abejas, mariposas y aves, lo que lo convierte en un punto destacado en el paisaje para la vida silvestre. Esta planta se propaga rápidamente a través de estolones, lo que la convierte en una excelente opción como cobertura de suelo. En áreas con inviernos severos y frío intenso, puede morir, pero el Girasol de playa es muy prolífico, por lo que verá nuevas plántulas en primavera gracias a su alta capacidad de auto-siembra.
Además, esta flor silvestre es increíblemente resistente a la salinidad y la sequía, lo que la convierte en una elección ideal para ubicaciones costeras. Su versatilidad es notable, ya que es útil tanto en plantaciones masivas como en bordes y es capaz de formar hermosas cascadas en paredes o en macetas. Una característica ecológica interesante es que el Girasol de playa ayuda a estabilizar dunas y suelos arenosos debido a su sistema de raíces profundo, que incluye una raíz principal y varias raíces laterales.
Sus flores también son bastante duraderas después de ser cortadas y son ideales para la creación de hermosos arreglos florales y ramos. Por lo tanto, si desea agregar belleza y vida a su jardín, el Girasol de playa es una elección excelente y versátil. Aporta un toque rústico y alegre a su proyecto de paisajismo.
Debe ser cultivado a pleno sol en suelo bien drenado, preferiblemente arenoso y enriquecido con materia orgánica. Aprecia riegos regulares y no tolera la sequía prolongada. En climas subtropicales a templados, se comportará como anual, pereciendo con la llegada del frío, pero tiene el poder de repoblar los lechos mediante la auto-siembra. En climas tropicales cálidos, es interesante realizar una poda que ayudará a controlar el crecimiento, renovar el follaje y estimular nuevas floraciones. Fertilice anualmente en primavera. Se multiplica fácilmente por semillas y por esquejes.