Gaura

Gaura lindheimeri

Raquel Patro

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La Gaura (Gaura lindheimeri) es una planta herbácea, rizomatosa y muy florífera, originaria de los estados de Luisiana y Texas, en los Estados Unidos. Forma matas de ramas dispersas y redondeadas, de 50 a 150 cm de altura, con aproximadamente 100 cm de diámetro. Las cañas son erectas, delgadas como alambre, ramificadas, peludas, y surgen de un rizoma subterráneo. Sus hojas son lanceoladas, simples, alternas, peludas, con márgenes dentados, de color verde a ligeramente azulado en la especie típica. Inicia la floración en primavera y permanece florida hasta mediados del otoño. Las inflorescencias despuntan por encima de la follaje, en racimos erectos, con flores que se abren desde la base hacia el ápice.

Gaura-rosa. Foto de Candiru
Gaura-rosa. Foto de Candiru

Cada flor tiene cuatro pétalas, dispuestas de forma opuesta, y largos estambres, dando al conjunto un curioso aspecto de mariposa. Hay muchas cultivares de gaura, con plantas de diferentes tamaños, más o menos floríferas, con hojas variegadas o bronceadas, y con flores que van desde el blanco puro hasta el rosa muy oscuro y cerrado. Algunas variedades aún amanecen con flores blancas, y al anochecer sus flores se vuelven rosadas. Entre las cultivares podemos citar ‘Whirling Butterflies’, ‘Cherry Brandy’, ‘Siskiyou Pink’, ‘Pretty in Pink’, ‘Corrie’s Gold’, ‘Passionate Rainbow’ y ‘Pink Cloud’.

Utilice la gaura en macetas y jardineras, así como en bordes, masas y conjuntos con otras especies. Su textura abierta, informal y delicada y la profusión de flores la convierten en una especie interesante para jardines de tipo inglés, cottage, contemporáneos y rocosos, e incluso en los clásicos franceses e italianos, como compañera de las rosas, en los lechos delimitados. Tiene el poder de suavizar líneas duras y confiere una atmósfera a la vez romántica y campestre al jardín.

Además, la gaura requiere poca mantenimiento, que se resume en fertilizaciones y dos podas anuales. Una más ligera a mediados del verano, para estimular el engrosamiento y renovar la floración, y otra al final del invierno, más intensa, de limpieza y rejuvenecimiento. Sin embargo, hay que tener cuidado de no podar drásticamente la gaura, bajo pena de matar las ramas; lo ideal es podar a la mitad de la altura.

Debe ser cultivada preferentemente a pleno sol, en suelo drenable, enriquecido con materia orgánica e irrigado regularmente. Después de bien establecida, la gaura es capaz de tolerar la sequía. Aunque prefiere el sol, se puede llevar a cabo a media sombra, siendo así un poco menos florífera. La gaura aprecia el clima subtropical y el tropical de altitud. Tema el exceso de humedad, principalmente en invierno, volviéndose susceptible a enfermedades fúngicas. En países de clima templado, sujetos a frío intenso y nieves, la gaura se utiliza como anual. Se multiplica en primavera, por semillas o por división de las matas. Durante el crecimiento de las plántulas, realice el pellizco (poda de los brotes apicales), para estimular la ramificación y obtener una planta más densa.

Acerca de Raquel Patro

Raquel Patro es paisajista y fundadora de Planterista.com. Desde 2006 desarrolla contenidos especializados en plantas y jardines, ya que cree que todo el mundo, ya sean aficionados o profesionales, debería tener acceso a contenidos de calidad. Como geek, le gustan los libros, la ciencia ficción y la tecnología.