El Flamboyán (Delonix regia) es considerado uno de los árboles más bellos del mundo, debido al intenso colorido de sus flores. Frondoso, posee un tronco fuerte y algo retorcido, pudiendo alcanzar cerca de 12 metros de altura. Su copa es muy amplia, en forma de paraguas, y puede ser más ancha que la propia altura del árbol. Las hojas son bipinnadas (recompuestas) formadas por 10 a 15 pares de folíolos, cada uno de los cuales contiene 12-20 pares de folíolos oblongos y sésiles.
Las inflorescencias, en racimos, surgen cuando el árbol pierde las hojas y están compuestas por flores grandes, rojas o anaranjadas. Cada flor presenta un cáliz con 5 sépalos y una corola de 5 pétalos, con largos estambres. Los frutos son del tipo vaina, planos, leñosos y grandes, con cerca de 45 cm de longitud, y se vuelven marrones cuando maduran. La floración ocurre en primavera y verano. Existe aún una variedad de Flamboyán llamada «Flavida», que posee las flores completamente amarillas.
Las raíces del Flamboyán son bastante agresivas, con parte de ellas sobre la superficie, lo que la hace inapropiada para la ornamentación de aceras, calles o cerca de tuberías de agua, alcantarillado, paredes e incluso cableado eléctrico. Su belleza se destaca cuando se planta aislada o en pequeños grupos en áreas extensas, como parques, plazas y jardines extensos de residencias, industrias y sitios. Como es tolerante a la salinidad del suelo, también puede ser utilizada en el litoral.
Su crecimiento es bastante rápido, llegando a 1,5 metros por año hasta la edad adulta en regiones de clima cálido. Dependiendo de la región donde se plante, el Flamboyán puede presentarse como árbol caducifolio o semicaducifolio. Pierde toda su follaje en lugares con estaciones bien marcadas e invierno preferentemente seco. En regiones de alta humedad o donde no hay mucha diferencia entre el invierno y el verano, generalmente es semicaducifolio.
El Flamboyán debe cultivarse bajo pleno sol, en suelo fértil, con riegos periódicos en el primer año. Tolerante a la sequía, pero no tolera el frío intenso, siendo apropiada para regiones de clima tropical, subtropical y ecuatorial. Se multiplica por estacas semileñosas o semillas. Las semillas de Flamboyán presentan una ligera dormancia tegumentaria que puede ser rota con escarificación de uno de los extremos o inmersión en agua caliente (80ºC) por 5 a 10 minutos. La germinación ocurre en cerca de dos semanas después de la siembra.