Cattleya de Harrison

Cattleya harrisoniana

Raquel Patro

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La Cattleya harrisoniana es una orquídea brasileña que encuentra su hábitat en la Serra do Japi, en São Paulo, extendiéndose hasta la parte inferior de la Serra da Mantiqueira y los manglares de la mayor parte de la Baixada Fluminense, llegando hasta la costa norte de Espírito Santo. Esta hermosa especie de orquídea presenta pseudobulbos delgados, rollizos y surcados que pueden alcanzar hasta cuarenta centímetros de altura. Además, tiene dos hojas coriáceas y puntiagudas, que miden alrededor de 25 centímetros de largo y tienen un color verde claro. El punto culminante de su belleza son los tallos florales erectos que llevan de dos a seis flores de generoso tamaño.

Cada una de estas flores muestra aproximadamente diez centímetros de diámetro y un deslumbrante tono morado oscuro. A veces, se produce confusión entre esta especie y la Cattleya loddigesii. Sin embargo, es importante observar que la C. harrisoniana florece durante el verano, mientras que la C. loddigesii florece en invierno. Otra distinción notable entre ambas está en la coloración amarillo dorado presente en el labelo de la C. harrisoniana, cerca de la unión con los pétalos. Aunque existen pocas variedades conocidas de la C. harrisoniana, la alba y la estriada merecen mención especial. La Cattleya de Harrison también se utiliza con frecuencia en hibridaciones, contribuyendo a la creación de nuevas variedades.

La orquídea C. harrisoniana es una planta epífita, que prefiere crecer enraizada en troncos de árboles o en macetas de barro o xaxim. El sustrato ideal para su cultivo está compuesto principalmente de hojas descompuestas y xaxim suave, aunque este último ha sido reemplazado por fibra de coco en muchos casos. También aprecia el uso de cestas de madera (cajetas) para asegurar un entorno de cultivo bien aireado y drenable. En cuanto a la iluminación, esta orquídea prefiere condiciones de semi-sombra y se beneficia de un lugar iluminado, protegido de la luz solar directa entre las 11 a.m. y las 3 p.m.

En lo que respecta al riego, es importante mantener riegos frecuentes al principio del desarrollo de la planta. Posteriormente, el riego debe realizarse siempre que el sustrato esté seco, reduciéndolo a una vez cada quince días durante los meses más fríos. En cuanto a la fertilización, se recomienda hacer pulverizaciones quincenales con un fertilizante soluble adecuado para orquídeas, como Peter’s o PlantProd, siguiendo las instrucciones del fabricante. Es beneficioso alternar la formulación de los fertilizantes de acuerdo con el ciclo natural de crecimiento, floración y mantenimiento de la planta. La adición de calcio quelatado también es importante para fortalecer la planta y hacerla más resistente a las plagas y enfermedades. Además, se aconseja incluir fertilizantes orgánicos, como bokashi o fertilizantes a base de algas, para promover el desarrollo saludable de la orquídea.

Cuando se trata de multiplicar la Cattleya harrisoniana, la división de la planta es el método preferido. Asegúrate de mantener cada nueva planta con al menos cuatro pseudobulbos, un rizoma intacto y raíces saludables, además de un brote guía. Evita producir plantas demasiado pequeñas, ya que esto puede llevar a la muerte de las plantas jóvenes o retrasar significativamente su desarrollo. Coloca el corte del rizoma en la pared de la maceta, permitiendo que el brote guía crezca libremente, asegurando espacio para el crecimiento horizontal de la planta. Comercialmente, la multiplicación de la especie se realiza mediante semillas o clonación meristemática, lo que contribuye a la expansión de esta hermosa orquídea en colecciones y jardines de todo el mundo.

Acerca de Raquel Patro

Raquel Patro es paisajista y fundadora de Planterista.com. Desde 2006 desarrolla contenidos especializados en plantas y jardines, ya que cree que todo el mundo, ya sean aficionados o profesionales, debería tener acceso a contenidos de calidad. Como geek, le gustan los libros, la ciencia ficción y la tecnología.