La Callicarpa nudiflora, conocida popularmente como calicarpa, es un arbusto o pequeño árbol, perennifolio, muy florífero y ornamental, originario de China. Esta especie es parte de la familia Lamiaceae, que también incluye otras plantas conocidas como lavanda y menta.
La etimología del nombre Callicarpa, que da nombre al género al cual pertenece la Callicarpa nudiflora, tiene raíces en la lengua griega y es una fusión de dos palabras: «kallos«, que significa «belleza», y «karpos«, que se traduce como «fruto». Este nombre refleja la característica más distintiva y admirada de las plantas de este género: sus hermosos frutos. El epíteto específico «nudiflora» deriva del latín «nudus«, que significa «desnudo», y «flora», refiriéndose a las flores expuestas o desnudas.
La calicarpa presenta un follaje abierto y ramificado, con largas ramas tomentosas en su juventud, puntos lenticelados y tronco de color pardo con ligera descamación. Sus hojas son simples, de forma oval-elíptica a lanceolada, con la cara abaxial (inferior) de color gris-marrón, tomentosa, y la cara adaxial (superior), de color verde oscuro y glabra, con venas bien marcadas. Las hojas de la calicarpa tienen una característica interesante: emanan un aroma suave al ser aplastadas, lo cual es típico de muchas plantas de la familia Lamiaceae.
Florece desde mediados del verano hasta mediados de otoño, presentando inflorescencias densas y tomentosas, cargadas de numerosas florecillas lilas. Las flores, aunque pequeñas, son bastante atractivas para abejas y otros polinizadores. Los frutos surgen en otoño e invierno y son globosos, de color rosa claro, con pequeñas semillas verdes. Estos frutos son altamente ornamentales y otorgan un gran atractivo estético a la planta, especialmente en otoño e invierno, cuando se destacan en el paisaje.
Además, son una fuente de alimento importante para diversas especies de aves, contribuyendo a la biodiversidad local. Bandadas de diferentes especies de pájaros, como zorzales, tangaras, sanhaços, bien-te-vis, guaracavas, carpinteros, palomas y tuins, entre otros, aparecen para deleitarse con los pequeños frutos de la calicarpa.
En paisajismo, la Callicarpa nudiflora se utiliza generalmente como arbusto informal, aprovechando la belleza ornamental de sus flores y frutos persistentes. Así puede formar setos y masas, o también puede ser plantada de forma aislada. Si se le realiza podas de formación continuamente, eliminando las ramas bajas, se convierte en un pequeño árbol elegante, para adornar paseos, pavimentos, plazas y en el cantero central de avenidas. Esta planta es muy utilizada en jardines sensoriales debido a sus características táctiles y olfativas. Por atraer y alimentar pájaros e insectos polinizadores, es recomendada para composiciones que tienen como objetivo la preservación de la fauna silvestre y la formación de pastizales apícolas. Florece y fructifica precozmente.
La calicarpa debe ser cultivada bajo sol pleno o media sombra, en suelos fértiles y bien drenados, enriquecidos con materia orgánica e irrigados regularmente durante el primer año de implantación. Prefiere el clima templado, adaptándose mejor a regiones subtropicales a templadas. Resiste a heladas, siempre que no sean muy intensas. Se multiplica por semillas, que tardan aproximadamente de uno a tres meses en germinar.
Para una gran producción de frutos, la calicarpa requiere polinización cruzada, por lo tanto, es interesante tener más de una planta con genotipo diferente en el mismo lugar. También puede ser propagada por estacas semi-leñosas o leñosas jóvenes (de la última temporada de crecimiento), una técnica común de multiplicación para muchas especies arbustivas y arbóreas.