Cabeludinha

Myrciaria glazioviana

Raquel Patro

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La Cabeludinha es un arbusto o arbustillo frutal, nativo del sureste, sur y noreste de Brasil, donde suele encontrarse en áreas de Mata Atlántica, en dominios de bosque húmedo y restinga. Suele alcanzar alturas de 2 a 4 metros y es bastante ramificado, con una copa densa y ramas que inicialmente son erectas, pero se arquean y casi tocan el suelo.

Sus hojas son elípticas, coriáceas, opuestas, acuminadas, pubescentes en el envés y de color verde oscuro. Florece en otoño, en inflorescencias del tipo glomérulo, axilares, con largos estambres blancos que le dan a las flores un delicado aspecto de pompones. Las flores son hermafroditas, productoras de néctar y adecuadas para la formación de pastizales apícolas.

Cabeludinha - Myrciaria glazioviana
Inflorescencias. Foto de Makoto Makoto

El fruto que madura en primavera es una baya globosa, con cáscara gruesa, tomentosa (cubierta de pelos) y de color amarillo cuando está madura. La pulpa es fina, delicada, jugosa, translúcida, agradable, dulce y ligeramente ácida, mientras que la cáscara y las semillas tienen un sabor astringente. El fruto contiene una o dos grandes semillas con forma de frijol y color marrón.

Es bastante raro encontrar los frutos de «cabeludinha» a la venta, ya que son muy similares a los de la jabuticaba y tienden a estropearse rápidamente, perdiendo así su valor. Sin embargo, es una especie tradicional en huertos domésticos, donde se pueden disfrutar sus frutos frescos recogidos directamente del árbol. Los frutos, además de ser deliciosos, son ricos en vitamina C y generalmente se consumen in natura.

Dado que los frutos son atractivos para la fauna silvestre, la «cabeludinha» es una excelente opción en proyectos de recuperación de áreas degradadas. Además, su elegante copa llena de follaje verde oscuro, junto con su atractiva floración y fructificación, la convierten en una opción muy ornamental para la jardinería. También se puede cultivar en macetas para decorar balcones, patios y terrazas.

Cabeludinha (Myrciaria glazioviana)
Foto de Daniela Branco

Deben ser cultivados a pleno sol o en semisombra, en suelos fértiles, profundos, drenables, enriquecidos con materia orgánica e irrigados regularmente durante los primeros años de implantación. Prefieren climas cálidos y húmedos, con buena disponibilidad de agua durante todo el año.

No requieren podas de formación, pero se pueden realizar podas para controlar su crecimiento y facilitar la cosecha, o para darle una forma arbustiva eliminando el exceso de ramas que surgen en la base. Fertilice cada 3 meses con estiércol bien descompuesto y fertilizantes específicos para árboles frutales, de acuerdo al tamaño de la planta y la proyección de la copa. No toleran las heladas ni la sequía prolongada, prefiriendo una alta humedad del aire.

Se pueden propagar a través de semillas, recolectadas de frutos maduros y despojadas, que se deben plantar en un plazo de dos semanas, ya que pierden rápidamente su capacidad de germinación. Mantenga el sustrato húmedo y espere de 25 a 50 días para la germinación. La «cabeludinha» crece rápidamente y puede comenzar a dar frutos ya en el segundo año después de la siembra.

Acerca de Raquel Patro

Raquel Patro es paisajista y fundadora de Planterista.com. Desde 2006 desarrolla contenidos especializados en plantas y jardines, ya que cree que todo el mundo, ya sean aficionados o profesionales, debería tener acceso a contenidos de calidad. Como geek, le gustan los libros, la ciencia ficción y la tecnología.