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Boj

Buxus sempervirens

Raquel Patro

Actualizado el

Buxus sempervirens

El boj (Buxus sempervirens) es un clásico del paisajismo. Arbusto leñoso perenne, de crecimiento lento y follaje denso, ofrece exactamente lo que los jardines formales y contemporáneos necesitan: follaje siempre verde (perennifolio), excelente respuesta a la poda y versatilidad para la topiaria, borduras y setos. Es una presencia constante en parques históricos europeos, jardines públicos y proyectos residenciales, especialmente en climas templados. Además de su valor ornamental, se destaca por su longevidad y por la capacidad de mantener su estructura verde durante todo el año, sirviendo tanto para decoración como para la delimitación de espacios y la creación de formas vivas y esculturales.

Etimología y Origen

El nombre científico Buxus sempervirens proviene del latín buxus, derivado del griego antiguo pyxos (πύξος), que era el nombre que los griegos daban al boj. El epíteto específico sempervirens significa “siempre verde”, en referencia a su follaje perenne.

Originario de Europa Occidental, Central y Meridional, del norte de África y del suroeste de Asia, el boj se encuentra naturalmente en países como Inglaterra, Francia, España, Italia, Alemania, Portugal, Marruecos, Argelia, Turquía e Irán. Su ambiente típico incluye laderas calcáreas, bosques caducifolios y matorrales secos y rocosos, frecuentemente bajo el dosel de hayas o robles. Prefiere suelos bien drenados, ricos en materia orgánica y ligeramente alcalinos, y se adapta a la media sombra o sol pleno siempre que haya humedad moderada. En áreas montañosas, puede formar sotobosques extensos o aparecer aislado, alcanzando altitudes superiores a 1.600 metros.

Características botánicas

Planta leñosa de porte arbustivo o arbóreo, el boj crece lentamente y forma matorrales densos de contorno limpio. En condiciones ideales, alcanza de 2 a 6 metros de altura (excepcionalmente hasta 8 m), con una anchura generalmente menor. El sistema radicular es del tipo pivotante, con raíz principal profunda y muchas ramificaciones laterales superficiales — combinación que proporciona anclaje y permite aprovechar la humedad más profunda, al mismo tiempo que emite raíces finas cerca de la superficie.

El tallo es erecto o ligeramente torcido, con ramificación abundante desde la base. En plantas jóvenes, la corteza es lisa y verde oliva; en ejemplares adultos, se vuelve pardo grisácea y fisurada. El tronco, en individuos muy antiguos, puede alcanzar cerca de 20 cm de diámetro; la madera es notablemente dura y compacta.

Las hojas son simples, opuestas, sésiles o con pecíolo muy corto, de forma elíptica a ovada (a veces algo lanceolada).
Miden entre 1 y 3 cm de longitud por 0,5 a 1,3 cm de ancho. La cara superior es verde oscura, brillante y cerosa; la inferior, más clara y opaca. Las nervaduras son discretas y poco prominentes; los márgenes, enteros y ligeramente curvados hacia abajo. Es una especie perennifolia, de hojas coriáceas y gruesas, con textura lisa al tacto — un punto a favor a la hora de “dibujar” setos de contorno nítido.

El boj es monoico: flores masculinas y femeninas aparecen en la misma planta. La floración ocurre al inicio de la primavera, cuando emergen pequeñas inflorescencias axilares, formadas por un grupo central de flores masculinas rodeando una flor femenina terminal. Las flores son diminutas (aproximadamente 2 mm), apétalas, amarillentas o verdosas, discretas a la vista, pero con néctar abundante, atrayendo abejas y moscas — polinización predominantemente entomófila.

El fruto es una cápsula trivalva, coriácea, marrón o grisácea cuando madura, con aproximadamente 8 mm. Al abrirse de forma explosiva, libera de tres a seis semillas negras o marrón oscuro, brillantes y ovales. Las semillas poseen carúnculas que facilitan la dispersión por hormigas (mirmecocoria). No son frutos comestibles ni ornamentalmente relevantes.

La selección en viveros, a lo largo de siglos, resultó en una gran variedad de cultivares de Buxus sempervirens, que difieren en porte, textura y color de follaje. Aunque la mayoría surgieron en Europa, especialmente en los centros de jardinería formal, también hay introducciones notables en América del Norte y selecciones puntuales en otros continentes. En Sudamerica, la disponibilidad es limitada, pues pocos viveros se especializan en el desarrollo y mantenimiento de cultivares de boj.

  • ‘Suffruticosa’ – Clásica cultivar enana, crecimiento muy lento, ideal para bordes bajos y topiaria formal detallada. Forma “almohadillas” densas y acepta acabamiento fino con tijera. Probablemente de origen británico, popularizada desde el siglo XVII.
  • ‘Rotundifolia’ – Hojas redondeadas, porte erecto y vigoroso, muy usada en setos medianos y altos. Excelente para líneas de corte limpias. Desarrollada y ampliamente cultivada en Inglaterra.
  • ‘Handsworthiensis’ – Hojas mayores, hábito columnar, hasta cerca de 3 m. Indicada para cercas vivas robustas. Selección tradicional británica, originaria de la región de Handsworth.
  • ‘Blauer Heinz’ – Follaje verde-azulado, hábito compacto (hasta 60 cm), ideal para topiaria geométrica y bordes bajos.
    Mutación espontánea encontrada en los jardines de Herrenhausen, Hanover (Alemania), e introducida comercialmente por viveros alemanes en el siglo XX.
  • ‘Elegantissima’ – Variegada con márgenes crema o blanquecinas, valorada para crear puntos de luz en jardines formales. Desarrollada en Europa Occidental, probablemente Bélgica o Países Bajos.
  • ‘Latifolia Maculata’ – Hojas anchas con manchas amarillentas, muy usada en composiciones mixtas. Selección ornamental de viveros europeos.
  • ‘Aureovariegata’ – Márgenes amarillos brillantes, excelente para contrastar con follajes verdes. Cultivar europeo antiguo, presente en jardines históricos franceses.
  • ‘Arborescens’ – Porte más arbóreo (hasta ~6 m), ideal como punto focal en jardines formales. Selección europea de uso tradicional en parques y alamedas.
  • ‘Variegata’ – Hojas verde-claras con bordes crema que pueden amarillear en verano; indicada para áreas sombreadas. Variedad ornamental cultivada desde el siglo XIX en Europa.
  • ‘Graham Blandy’ – Porte estrecho y columnar, perfecto para composiciones verticales y proyectos contemporáneos. Seleccionado en Blandy Experimental Farm, en Virginia (EE. UU.), y lanzado comercialmente en los años 1970.
  • ‘Dee Runk’ – Columnar, hojas verde-oscuras y crecimiento rápido, excelente para espacios estrechos. Descubierto e introducido por viveros norteamericanos en Pensilvania.
  • ‘Vardar Valley’ – Selección resistente al frío, originaria de semillas recolectadas en el valle del río Vardar, Macedonia, pero propagada y popularizada por viveros de EE. UU.

Historia y Paisajismo

El boj tiene una larga trayectoria histórica y cultural. Desde la Antigüedad clásica, griegos y romanos lo empleaban para delimitar jardines y ornamentar espacios públicos. La madera, densísima y homogénea, fue valorada por siglos en la marcenaría fina europea: instrumentos musicales (como flautas), piezas torneadas, cubiertos, tableros de ajedrez y matrices para grabado. Hallazgos arqueológicos revelan artefactos de madera de boj fabricados por neandertales hace más de 170 mil años — un testimonio de durabilidad y utilidad.

En el campo medicinal, la especie llegó a ser usada como alternativa a la quinina en el tratamiento de la malaria entre los siglos XVII y XIX.
Hoy, el uso fitoterápico no es recomendado debido a la presencia de alcaloides esteroideos potentes (como la ciclobuxina), de toxicidad relevante. En tradiciones cristianas europeas, ramas de boj sustituyen palmas en Domingo de Ramos cuando estas son escasas. En diferentes culturas, simboliza longevidad (China) y está asociado a rituales fúnebres germánicos; en tradiciones populares, aparece como elemento de “protección” simbólica.

Desde el Renacimiento hasta el Barroco, el boj se consolidó como lenguaje vegetal de los jardines formales europeos. Su capacidad de mantener contornos precisos, sostener geometrías rígidas y conservar densidad en invierno lo transformó en pieza clave de parterres, arabescos y laberintos. En jardines como Versalles (Francia), la disciplina del diseño vegetal se apoya precisamente en especies como el boj: plantas que “mantienen la línea” todo el año, otorgando legibilidad al trazado incluso cuando las floríferas estacionales están ausentes.

El boj también responde muy bien al cultivo como bonsái. El crecimiento lento, la hoja pequeña y la ramificación densa ayudan en la escala miniaturizada. En macetas, tolera podas de pinzado frecuentes, acepta alambres con cuidado (madera rígida) y permite estilos formales (columnar, erecto informal) con buena definición. La follaje perenne y la corteza que se fisura con la edad aportan carácter a los árboles “maduros” en miniatura. No es raro que el bonsaísta aproveche setos viejos de boj para formar bonsáis de carácter ya envejecido, con bastante éxito.

Castillo de Villandry
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Pocas plantas entregan topiarias tan limpias como el boj. Jardines como el Château de Villandry (en Francia) y Levens Hall (en Inglaterra) son vitrinas históricas de topiaria con boj — cubos, esferas, conos, espirales y figuras complejas esculpidas y mantenidas por décadas. En Brasil, puedes observarlo en el majestuoso jardín francés, frente al invernadero del Jardín Botánico de Curitiba, por ejemplo. También es presencia marcante en los jardines del renombrado paisajista Gilberto Elkis, que lo utiliza en creativas e instigantes combinaciones geométricas.

Además, el boj puede ser podado y moldeado en topiarias de letras, permitiendo la creación de letreros institucionales vivos y duraderos, muy utilizados en jardines corporativos, hoteles y espacios públicos para reforzar identidad visual.

En el paisajismo, el boj es una herramienta estructural. Se adapta a topiarias (geométricas o orgánicas), setos densos para delimitar caminos, borduras regulares alrededor de parterres floridos y macetas grandes en entradas, balcones y patios. Su follaje perenne garantiza interés visual todo el año y crea microclimas: la masa verde densa mitiga vientos fríos y protege especies más sensibles. El follaje fino del boj “acepta” la hoja de la tijera sin dejar huecos, y la brotación lateral llena rápidamente cortes superficiales, manteniendo la superficie verde y uniforme.

Jardín Botánico de Curitiba
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En composiciones mixtas, funciona bien con plantas de textura y comportamiento contrastantes — lavandas (Lavandula spp.), azaleas (Rhododendron spp.) y camelias (Camellia japonica), por ejemplo. Estas combinaciones equilibran textura fina (boj) con floración estacional, asegurando movimiento a lo largo del año sin perder la “columna vertebral” del jardín. Las flores del boj, discretas, raramente entran en arreglos florales: el atractivo ornamental está en la masa foliar y en la forma.

Para quienes cultivan en macetas, responder a podas regulares mantiene proporciones elegantes en espacios reducidos, y la perennidad asegura una fachada verde incluso en balcones. En ambientes internos muy iluminados (entradas, jardines de invierno), topiarias vivas de boj crean una presencia formal — siempre que reciban luz adecuada y ventilación.

Integración con el proyecto: donde el boj brilla más:

  • Jardines formales: diseñar y sostener geometrías (parterres, laberintos, marcos de parterres).
  • Jardines contemporáneos: marcadores verticales con ‘Graham Blandy’, cajas verdes minimalistas en alineaciones rítmicas.
  • Jardines orientales: enmarcar caminos de gravilla o espejos de agua, crear setos bajos y trabajar arbustos en el estilo Niwaki — topiaria japonesa que transforma arbustos en formas similares a árboles, con copas “en nubes” y troncos visibles.
  • Patios y balcones: pares de topiarias al lado de puertas; esferas sobre pedestales para crear jerarquía de entrada.
  • Canteiros mixtos: “estructura” del jardín entre herbáceas de temporada, asegurando presencia en invierno.
  • Bonsái: presencia escultórica en escala reducida, con baja necesidad de floración para interés.
Bonsái de Boj
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Cuidados con el Boj

El Buxus sempervirens se adapta a sol pleno o media sombra, siempre que el suelo esté bien drenado y mantenido ligeramente húmedo. En climas templados fríos o de altitud, puede recibir sol pleno durante todo el día, mientras que en regiones de veranos calurosos es preferible que reciba sol de la mañana y luz filtrada por la tarde, para evitar el bronceado de las hojas y la deshidratación. La falta de luz suficiente — común cuando se planta en sombra densa o bajo la copa de árboles — compromete la densidad del follaje, dejándolo disperso, irregular y con fallos visibles, especialmente en setos. En estas condiciones también aumenta el riesgo de plagas y enfermedades fúngicas debido a la menor ventilación interna. Por otro lado, el exceso de sol combinado con suelo seco puede quemar las hojas y favorecer el estrés hídrico. Siempre que sea posible, elija lugares protegidos de vientos extremos y ajuste la exposición solar según la latitud y el clima locales para equilibrar el vigor, la densidad y la sanidad de la planta.

El boj exige suelos bien drenados, ricos en materia orgánica, de textura arcillosa o franca, pH neutro a ligeramente alcalino (6,5–7,5) y buena fertilidad.
En macetas, utilice un sustrato ligero a base de tierra vegetal + arena gruesa + compuesto orgánico. La irrigación debe mantener el suelo ligeramente húmedo, evitando extremos: ni secarse completamente, ni encharcarse. Suelos saturados favorecen enfermedades en las raíces. La calidad del agua debe ser buena, baja en sales — riegos con agua salobre pueden quemar los bordes de las hojas.

En climas cálidos, mulching (acolchado) ayuda a conservar humedad y proteger raíces superficiales, además de estabilizar la temperatura del suelo. En parterres planos, evite «platos» o depresiones que acumulen agua; en macetas, priorice recipientes con excelente drenaje y capa de grava en el fondo.

El boj en la entrada del edificio.
Save El boj en la entrada del edificio.

Plantación, fertilización, poda y espaciamiento

En la plantación de plántulas, abra hoyos más grandes que el cepellón, incorporando compuesto orgánico o humus para estimular el enraizamiento. En áreas calcáreas pobres, correcciones de micronutrientes anuales son beneficiosas; en fertilización de mantenimiento, fórmulas NPK equilibradas (ej.: 10-10-10, 2x/año) funcionan bien, siempre ajustando a la respuesta de la planta y al vigor deseado. En suelos ácidos, el cal será un aliado importante. En macetas, fraccionar dosis (fertirrigación ligera) a lo largo de la estación de crecimiento es más seguro que grandes aplicaciones únicas.

Para que el seto cierre de forma uniforme, sin competencia excesiva de raíces, el espaciamiento entre plántulas debe considerar el porte adulto de la cultivar. Una regla práctica es calcular 0,6 × altura final deseada del seto para obtener la distancia entre plantas en la misma línea. Ejemplos:

  • Para un seto que en la fase adulta tendrá 1 m de altura, el cálculo es 1,0 × 0,6 = 0,6 m (60 cm) entre plántulas.
  • Para borduras muy bajas (30 cm de altura final), el cálculo es 0,3 × 0,6 = 0,18 m (18 cm).
  • Para setos altos (2 m de altura final), el cálculo es 2,0 × 0,6 = 1,2 m entre plántulas.

Ajuste el valor conforme al hábito de la cultivar: tipos enanos pueden ser plantados más próximos para cerrar rápido; tipos vigorosos o de porte ancho deben tener más espacio para que crezcan sin solaparse excesivamente.

Jardín con boj
Save Jardín con boj

Las podas son clave para mantener la densidad, salud y forma del boj a lo largo de los años.

  • Cuándo podar: realice poda de formación al final del invierno o inicio de la primavera, antes de la brotación. Esto da tiempo para que la planta responda con brotes compactos. Durante la temporada de crecimiento, realice podas ligeras de mantenimiento (2–4 veces), siempre evitando cortar durante olas de calor o sequía.
  • Cómo podar: el boj responde mejor a cortes superficiales y uniformes, que estimulan la brotación lateral y crean una «piel» verde continua. Evite cortes profundos en madera vieja (madera sin hojas), ya que la rebrota es más lenta y puede dejar «ventanas» por meses.
  • Herramientas: tijeras bien afiladas y limpias reducen desgarros y riesgo de enfermedad. Desinfecte las cuchillas al cambiar de planta, especialmente si hay sospecha de hongos.
  • Forma de setos: mantenga la base ligeramente más ancha que la parte superior (perfil trapezoidal). Esto asegura luz a las hojas inferiores y evita la defoliación por sombreado. Para topiarias geométricas, use guías (cuerdas, moldes) en los primeros años.
  • Recuperación de fallos: si se producen «huecos», pellizque los brotes cercanos y dirija la brotación para llenar. Fertilizar ligeramente y mejorar la luz incidente acelera el cierre.
  • Clima e insolación: después de podas más amplias, evite el sol pleno fuerte durante 1–2 semanas; el follaje interno recién expuesto puede quemarse. Un sombreado ligero temporal ayuda en regiones muy calurosas.
  • Lugar de la poda: Podar el boj repetidamente en el mismo punto provoca el engrosamiento de las ramas y la formación de tejido cicatricial, lo que dificulta la circulación de la savia y reduce la brotación, dejando la planta menos densa y más susceptible a fallos en la copa. Renueve la planta podando preferentemente algunos milímetros por encima de la última poda.
Las podas son fundamentales para mantener las formas geométricas en el boj
Save Las podas son fundamentales para mantener las formas geométricas en el boj

Paso a paso: estableciendo una cerca viva firme y duradera

  • Marca y suelo: delimite el alineamiento con cuerda estirada.
  • Corrija la drenaje donde haya encharcamiento; incorpore compost y ajuste el pH si es necesario (objetivo: 6,5–7,5).
  • Espaciamiento: para borduras bajas y compactas, plante cada 25–35 cm (las variedades enanas pueden estar más cercanas). Para setos medianos/altos, 40–60 cm, variando según la variedad y la densidad deseada.
  • Plantación: hoyo mayor que el cepellón, acomodando raíces sin doblar. Nivele el cuello con el suelo. Riegue abundantemente después de plantar para asentar el sustrato.
  • Mulching: aplique 3–5 cm de cobertura muerta, dejando espacio para respirar en el cuello.
  • Poda inicial: justo después del establecimiento, pellizque los ápices para estimular la brotación lateral. Evite cortes profundos en el primer año.
  • Mantenimiento: en los dos primeros años, podas ligeras 3–4 veces en la temporada de crecimiento construyen la «pared» interna que sostendrá la forma por décadas.
  • Nutrición: fertilización ligera, fraccionada, priorizando un crecimiento consistente (evite «picos» que generen brotación tierna excesiva).

En macetas y entradas: elegancia de bajo mantenimiento

En recipientes grandes, use sustrato ligero y drenaje impecable. Macetas de pared gruesa (cerámica, cemento ligero, fibra) amortiguan las variaciones térmicas. Reglas prácticas:

  • Diámetro mínimo proporcional al volumen de copa; para topiarias medianas, 45–60 cm funciona bien.
  • Riegos regulares con drenaje libre por el fondo.
  • Fertilización en microdosis mensuales en primavera-verano.
  • Rotación del macetero 90° cada dos meses para una iluminación uniforme.
  • Reenvasado cada 2–3 años o sustitución parcial del sustrato superficial (top dressing) anual.

Plagas y enfermedades

El mantenimiento incluye riego moderado, podas regulares y monitoreo fitosanitario, especialmente contra plagas específicas. La especie presenta resistencia moderada a la herbivoría de conejos y ciervos, pero es susceptible a:

  • Plagas: ácaros (síntomas de plateado y telarañas finas), psilas del boj (enrollamiento y engrosamiento de brotes), minadores de hoja y, en regiones donde ocurre, la polilla del boj (Cydalima perspectalis), que puede desfoliar plantas rápidamente. Se recomiendan inspecciones frecuentes y manejo integrado (biológico, cultural y químico cuando necesario).
  • Enfermedades: el cancro/mancha del boj asociado a Cylindrocladium buxicola (sin. Calonectria pseudonaviculata), Volutella buxi (cancro y marchitez) y Phytophthora spp. (podredumbre radicular) pueden causar desfoliación y muerte de ramas.

El manejo incluye la eliminación inmediata de partes afectadas, mejorar la ventilación entre plantas, evitar la irrigación por aspersión (que aumenta la humedad foliar) y, cuando sea indicado, fungicidas cúpricos de manera preventiva.

Consejo: densidad excesiva + irrigación del dosel = invitación a hongos. Prefiera el riego por goteo directamente en el suelo y mantenga el interior del boj aireado con podas sutiles.

Cómo hacer esquejes de Boj

La propagación es preferentemente por estacas semileñosas al final del verano o principio del otoño. Seleccione ramas de 10–15 cm, corte justo debajo de un nudo, retire las hojas inferiores y plante en sustrato húmedo y arenoso bajo sombra parcial hasta el enraizamiento. El uso de hormona enraizadora aumenta el éxito, especialmente en cultivares más “testarudos”.

La germinación por semillas es lenta y poco utilizada en paisajismo debido al crecimiento inicial muy lento. Si opta por semillas frescas, siémbrelas justo después de la cosecha, en un ambiente protegido. El tiempo medio hasta el primer florecimiento es largo: las plantas de estaca suelen tardar de 3 a 5 años para florecer en condiciones ideales.

Acerca de Raquel Patro

Raquel Patro es paisajista y fundadora de Planterista.com. Desde 2006 desarrolla contenidos especializados en plantas y jardines, ya que cree que todo el mundo, ya sean aficionados o profesionales, debería tener acceso a contenidos de calidad. Como geek, le gustan los libros, la ciencia ficción y la tecnología.