También conocida como amarilis azul (Griffinia liboniana), la grifinia es una planta bulbosa y florífera, originaria y endémica de la Mata Atlántica, un ecosistema brasileño de gran biodiversidad. Esta hermosa planta todavía es rara en cultivo. El hábitat seriamente alterado por la deforestación, junto con la recolección depredadora, hacen de la Griffinia liboniana, una especie amenazada de extinción.
Sus hojas son verdes, coriáceas, elípticas y pecioladas las diferencian de otras especies del género Griffinia. Una característica única son las manchas blancas salpicadas en el limbo de las hojas. Las flores de la grifinia son grandes, lilas o azules, y surgen en inflorescencias del tipo umbela. Estas inflorescencias son sostenidas por largos y erectos pedúnculos florales que se destacan por encima del follaje. En buenas condiciones de cultivo, la grifinia puede florecer hasta tres veces al año.
Esta rara bulbosa brasileña debería ser más ampliamente cultivada, teniendo en cuenta su belleza y facilidad de cultivo. A pesar de su crecimiento moderado a lento, es una excelente elección para ser plantada en parterres y macizos en el jardín. Idealmente, se debe optar por lugares sombreados, o incluso en macetas y jardineras, donde la grifinia decora ambientes internos con maestría. Incluso sin flores, esta planta mantiene su follaje vistoso y hermoso, añadiendo encanto a cualquier espacio.
Para un cultivo ideal, la grifinia debe ser plantada bajo media sombra, o luz difusa, en suelo fértil, humoso, enriquecido con materia orgánica, ligero y bien drenable. Originaria de bosques húmedos, esta especie aprecia el calor y la humedad tropicales, manteniéndose con hojas durante todo el año. La irrigación debe ser adaptada al período vegetativo y al clima, manteniendo el suelo húmedo durante el crecimiento y la floración. Después de este período, es recomendable reducir un poco los riegos.
En lugares más fríos, como en clima subtropical o templado, el amarilis azul se vuelve dormante en invierno, lo que permite reducir aún más los riegos o incluso suspenderlos. Es importante notar que la planta teme las heladas o el frío intenso. Curiosamente, a pesar de ser poco exigente en iluminación, florece incluso en sombra clara. Fertilice con abonos equilibrados, del tipo NPK, en una proporción 10.10.10. Como su crecimiento es moderado a lento, utilice una dosis menor en comparación con otras plantas del jardín.
La multiplicación de la grifinia puede hacerse por separación de los bulbillos formados alrededor de la planta madre en ocasión del replanteo anual o a través de semillas frescas, que germinan con facilidad.