El Almendro Chiquitano (Dipteryx alata) o Barú es un árbol frutal y ornamental, nativo del cerrado y zonas de transición entre este y la selva atlántica, conocido por sus deliciosas almendras. Alcanza una altura de hasta unos 25 metros y se encuentra en Brasil, Paraguay, Perú y Bolivia. Su tronco es robusto, alcanzando un diámetro de 70 cm. A menudo es corto, ramificándose a pocos metros del suelo. La corteza es suberosa, escamosa, gruesa, áspera y ligeramente fisurada, de color castaño, con un núcleo amarillento. La copa es redonda y densa.
Las hojas son compuestas imparipinnadas, alternas, con folíolos oblongos, glabros y de color verde oscuro. Las inflorescencias aparecen en racimos terminales, desde mediados de la primavera hasta principios del verano, con delicadas flores verdes amarillentas, con el centro de color rosa, que parecen mariposas. Los frutos que siguen son drupas carnosas, con cáscara parduzca, pulpa dulce y endocarpo pétreo, muy difícil de romper, que rodea una sola semilla oleaginosa, de color castaño y forma elipsoide.
Las semillas de el árbol almendro chiquitano son cada vez más populares, especialmente con la valorización de los recursos del cerrado y amazonia. Tienen un sabor similar al del cacahuete y la nuez de anacardo, y son muy nutritivas, con un alto contenido de proteínas. Tienen muchas aplicaciones culinarias, sustituyendo a otras almendras de manera similar, y se utilizan crudas, tostadas, salteadas o en forma de harina. Con ellas se pueden hacer rapaduras, paçoca, mantequilla, helados, pestos, bombones, pasteles, galletas, etc. La pulpa dulce y aromática también se puede consumir in natura, o en forma de mermeladas, jugos y licores.
El almendro chiquitano es un árbol imponente y hermoso que, además de proporcionar una abundante sombra, nos regala su floración inusual y sus frutos deliciosos y nutritivos. Es una opción interesante en proyectos de paisajismo que buscan valorar la flora nativa, combinando belleza y utilidad. Es una especie bastante resistente que no requiere muchos cuidados y crece relativamente rápido, aunque de manera algo irregular entre los individuos.
Utilice el almendro chiquitano en áreas con mucho espacio, como parques, plazas y amplios jardines. Debido a la alta demanda de su madera de excelente calidad, así como a la destrucción de su hábitat y el uso de sus semillas para consumo humano, el almendro chiquitano está en peligro de extinción.
Debe cultivarse a pleno sol, en un suelo fértil, bien drenado, enriquecido con materia orgánica e irrigado regularmente durante el primer año de implantación. Una vez establecido, el almendro chiquitano prescinde del riego y puede tolerar períodos de sequía sin problemas. Prefiere suelos secos en lugar de pesados y con drenaje deficiente.
Se multiplica por semillas, que deben recogerse de los frutos maduros tan pronto como caigan al suelo o al sacudir las ramas. Los frutos deben ser despojados de su pulpa y el endocarpo debe romperse para extraer las semillas. La germinación ocurre de 7 a 15 días después de la siembra.