Alfombra Persa

Edithcolea grandis

Raquel Patro

Actualizado el

La Alfombra Persa (Edithcolea grandis) es una planta suculenta, nativa de la región de los Grandes Lagos de África (que incluye Kenia, Tanzania y Uganda), del Cuerno de África (Etiopía, Somalia, Yibuti) y de Yemen, incluyendo el archipiélago de Socotra. Se desarrolla en terrenos áridos, con elevación entre 200 a 1500 metros sobre el nivel del mar. El género Edithcolea es monotípico, es decir, es de una única especie: la Edithcolea grandis.

Foto de Reggie1

El nombre del género, Edithcolea, es un homenaje a Edith Cole (1859–1940), una exploradora que recolectó la planta, junto con Lort Phillips, durante una expedición botánica en 1895 en el norte de Somalia. Hasta hace poco, esta especie estaba clasificada en la familia Asclepiadaceae, que recientemente se ha convertido en la subfamilia Asclepiadoideae dentro de la familia Apocynaceae.

En su hábitat, la alfombra persa se puede encontrar bajo sol pleno, pero es más comúnmente encontrada semisombreada por rocas o pequeños arbustos, en regiones secas y áridas. Presenta tallo ramificado, con ramas decumbentes, desprovistas de hojas, glabras, suculentas, que crecen cerca de 30 centímetros de longitud. Son de color verde, con puntos marrones o rojizos, y armadas por márgenes dentados, cuyos dientes se asemejan a puntiagudos espinos.

Foto de Reggie1

Sus flores son terminales, bisexuales, con una bonita forma de estrella, y desproporcionadamente grandes en relación al tamaño de la planta, llegando a 13 cm de diámetro. La flor presenta color amarillo pálido, con un intrincado diseño de color marrón a rojizo, con pelos en los bordes y un olor pútrido de carroña, propio para atraer a sus polinizadores: las moscas. El fruto contiene numerosas semillas.

La alfombra persa debe ser cultivada bajo media sombra o luz filtrada y en sustrato propio para suculentas, arenoso y perfectamente drenable. No tolera el frío por debajo de 15ºC o humedad en exceso, quedando susceptible al pudrimiento de raíces y tallos. Cultívese en ambiente controlado, de forma que la luminosidad sea intensa, indirecta, el calor sea constante, y los riegos profundos y espaciados. Aguarde que el sustrato se seque completamente entre los riegos. Plántese en parterres elevados o en macetas con buenos agujeros de drenaje. Reduzca los riegos en invierno. Replántese cada dos años, para renovar el sustrato y favorecer la aireación de las raíces. Se multiplica fácilmente por esquejes de las ramas, puestos a enraizar en el calor, así como por semillas en primavera.

Acerca de Raquel Patro

Raquel Patro es paisajista y fundadora de Planterista.com. Desde 2006 desarrolla contenidos especializados en plantas y jardines, ya que cree que todo el mundo, ya sean aficionados o profesionales, debería tener acceso a contenidos de calidad. Como geek, le gustan los libros, la ciencia ficción y la tecnología.