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Ave del Paraíso Gigante

Strelitzia nicolai

Raquel Patro

Actualizado el

Strelitzia nicolai

La Ave del Paraíso Gigante (Strelitzia nicolai) es una planta perenne de porte arbustivo a arbóreo, ampliamente cultivada en el paisajismo tropical y subtropical por su aspecto imponente y estructura distinguida. Con hojas grandes, coriáceas y dispuestas en forma de abanico, similares a las del banano, e inflorescencias exuberantes que recuerdan la cabeza de un ave exótica, esta especie se destaca como elemento vertical, siendo ideal para composiciones en grupos densos, alineaciones y como punto focal en jardines tropicales.

Aunque la floración es más discreta que la de la especie Strelitzia reginae, las inflorescencias de Strelitzia nicolai presentan tonalidades blanco-azuladas y brácteas moradas, añadiendo sofisticación al paisaje. Se ha popularizado en regiones de clima tropical, templado y costero, como en California, Florida, México, Australia, el sur de Europa, Sudáfrica y diversas áreas del litoral brasileño, donde es valorada tanto por su valor ornamental como por su rusticidad y bajo mantenimiento. En interiores, cuando se cultiva en macetas grandes y bien iluminadas, la Strelitzia nicolai ofrece un efecto tropical destacado, incluso sin un florecimiento regular.

El género Strelitzia fue nombrado en honor a la reina Charlotte de Mecklenburg-Strelitz, esposa del rey George III del Reino Unido, una entusiasta de la botánica en el siglo XVIII. El epíteto específico nicolai rinde homenaje al gran duque Nikolai Nikolaevich de Rusia, hijo del zar Nicolás I, reflejando la tradición de nombrar especies en tributo a figuras nobles o patrocinadores de la ciencia. La elección de este nombre para la especie está relacionada con su descubrimiento y descripción formal en 1858 por Eduard August von Regel y Friedrich August Körnicke, tras la floración de un ejemplar en los jardines imperiales de San Petersburgo, Rusia.

La Strelitzia nicolai es nativa de las regiones costeras del sureste de África, abarcando áreas desde el sur de la provincia del Cabo Oriental hasta KwaZulu-Natal, en el este de Sudáfrica, extendiéndose por Mozambique, Zimbabue, Esuatini y Botsuana. Su hábitat natural incluye bosques costeros perennes, matorrales litorales y márgenes de ríos en ambientes subtropicales húmedos y libres de heladas. La especie prospera en suelos bien drenados, ricos en materia orgánica, con alta humedad atmosférica y exposición solar parcial a plena.

En su entorno nativo, el Ave del Paraíso Gigante es común en dunas costeras y bosques húmedos, donde desempeña un papel ecológico importante, proporcionando néctar a aves como los sunbirds y semillas a primates. Su presencia es destacada en la vegetación costera, contribuyendo a la estabilidad del suelo y la biodiversidad local.

El Ave del Paraíso Gigante presenta una textura general semi-leñosa a leñosa, con una altura imponente, alcanzando entre 8 y 12 metros de altura y formando matas que pueden extenderse lateralmente hasta 4 metros. La planta crece a partir de un rizoma subterráneo grueso, del cual emergen múltiples tallos aéreos, erectos, de coloración gris oscuro y superficie lisa, marcados por cicatrices longitudinales dejadas por la caída de las hojas más antiguas. Estos tallos son leñosos en la base, proporcionando estructura y soporte a la planta, especialmente en individuos más maduros. El crecimiento es vertical y en macollas, sin ramificaciones laterales evidentes, lo que acentúa su aspecto escultural. Las raíces son fibrosas y consideradas agresivas.

Touceira en Brenton-on-Sea, Sudáfrica
Save Touceira en Brenton-on-Sea, Sudáfrica. Foto de christaleroux

Las hojas de Strelitzia nicolai son grandes, simples y dispuestas en rosetas terminales a lo largo del tallo. Tienen forma oblonga a elíptica, con ápice acuminado y márgenes enteros, sostenidas por pecíolos largos y robustos que pueden superar 1 metro de longitud. La lámina foliar puede alcanzar hasta 2 metros de longitud por 60 centímetros de ancho, exhibiendo una coloración verde oscuro brillante en la cara superior y verde grisáceo en la inferior.

La textura es coriácea y lisa, sin indicios de pubescencia. Las hojas son perennes, persistiendo durante todo el año, pero frecuentemente presentan rasgaduras longitudinales causadas por la acción del viento, una adaptación evolutiva que evita la ruptura total de la hoja y reduce el estrés mecánico. La disposición de las hojas en abanico, de la misma manera que en la Árbol del viajero (Ravenala madagascariensis), otorga a las plantas jóvenes un aspecto simétrico y escultural, intensificando su presencia ornamental.

La Strelitzia nicolai es una planta hermafrodita, con flores que poseen órganos reproductivos masculinos y femeninos. La floración ocurre durante todo el año en climas tropicales, con pico en los meses de primavera y verano. Las inflorescencias son axilares, compuestas por brácteas rígidas de coloración azul oscura a púrpura, que albergan flores con sépalos blancos y pétalos azulados. Cada inflorescencia puede medir hasta 45 centímetros de longitud y está posicionada justo encima del punto de emergencia de las hojas.

Frutos dehiscentes abiertos, mostrando las semillas con arilo color naranja.
Save Frutos dehiscentes abiertos, mostrando las semillas con arilo color naranja. Foto de JMK

Las flores son zigomorfas, con una forma que recuerda la cabeza de un ave, y no presentan fragancia perceptible. La polinización es realizada por aves nectarívoras, como los sunbirds, que al posarse sobre la flor, facilitan la transferencia de polen. Los frutos son cápsulas leñosas, triangulares, que se abren para liberar semillas negras envueltas por un arilo naranja vibrante. Las semillas son dispersadas principalmente por aves que consumen el arilo, contribuyendo a la propagación natural de la especie.

Un aspecto curioso de la Ave del Paraíso Gigante es su capacidad de producir bilirrubina, un pigmento amarillo-anaranjado que, hasta hace poco tiempo, se creía restringido a los animales. Estudios han revelado que esta bilirrubina está presente en los tejidos vegetales de la especie, particularmente en las estructuras florales y arilos de las semillas, siendo el primer caso documentado de su presencia en plantas.

Es común la confusión entre las especies Strelitzia nicolai, Strelitzia alba y Ravenala madagascariensis, especialmente en individuos jóvenes, debido a la similitud entre ellas, caracterizada por hojas grandes y dispuestas en abanico. No obstante, hay diferencias relevantes que permiten su correcta identificación. En las plantas jóvenes, la Strelitzia nicolai tiende a presentar hojas anchas con pecíolos robustos y una leve inclinación helicoidal, que más tarde resultará en una disposición en abanico irregular. Ya la Strelitzia alba es bastante similar, pero normalmente posee hojas un poco más estrechas y menos vigorosas en relación a la nicolai, siendo más difícil diferenciarlas en esa fase.

La planta denominada árbol del viajero (Ravenala madagascariensis), por su parte, desde la fase juvenil demuestra una característica distintiva: sus hojas crecen rígidamente en un único plano vertical, con los pecíolos largos y más aplanados lateralmente, ya delineando el abanico simétrico que será plenamente evidente en la madurez. Además, las hojas jóvenes de Ravenala tienden a ser más erectas y menos arqueadas en comparación con las de las Strelitzias, que poseen hojas más oscuras y brillantes.

En el paisajismo contemporáneo, la Ave del Paraíso Gigante desempeña un papel de elemento estructural de gran impacto visual. Su estructura imponente, caracterizada por hojas anchas y que pueden alcanzar hasta 1,5 metros de longitud, confiere verticalidad y dramaticidad a los proyectos paisajísticos. La planta funciona como un punto focal natural en jardines tropicales y subtropicales, siendo frecuentemente empleada para crear contrastes de textura y escala con otras especies vegetales de menor porte. Su silueta distintiva y el movimiento natural de las hojas al viento proporcionan dinamismo a los espacios verdes.

En el paisajismo urbano, la Ave del Paraíso Gigante ha sido ampliamente incorporada en proyectos de plazas, parques y areas corporativas debido a su capacidad de crear ambientes de transición entre espacios construidos y naturales. La especie se vuelve bastante interesante en composiciones que buscan reproducir atmósferas tropicales en ambientes urbanos, funcionando como elemento de conexión visual entre diferentes niveles de plantío. Su presencia es especialmente valorizada en proyectos que priorizan el concepto de jardines contemplativos, donde la monumentalidad de la planta contribuye a la creación de espacios de permanencia. Debido a las raíces agresivas, no se recomienda su plantación en aceras, cerca de piscinas o a otras estructuras enterradas, resguardándose por lo menos 2 a 3 metros de estos lugares.

Como planta de interior.
Save Como planta de interior.

La versatilidad de la Strelitzia nicolai se manifiesta también en su capacidad de adaptación a diferentes escalas y estilos de proyecto, desde jardines residenciales de tamaño medio hasta grandes intervenciones paisajísticas institucionales. Se integra perfectamente en jardines tropicales, de estilo mediterráneo y incluso cottage. En composiciones de masas, grupos de tres a cinco ejemplares crean escenarios de fuerte apelación escénica, mientras que ejemplares aislados funcionan como esculturas vivas en jardines minimalistas. La especie se integra armoniosamente con palmeras, heliconias y otras plantas de apelación tropical, contribuyendo a la creación de capas verticales en los parterres y a la creación de diferentes microclimas dentro del jardín.

Además de su uso en jardines, la Ave del Paraíso Gigante puede ser cultivada en macetas, siendo una opción para la decoración de espacios internos y externos, como patios, balcones y terrazas amplias. Cuando se cultiva en contenedores de gran tamaño y con sustrato bien estructurado, mantiene un crecimiento controlado y forma matas verticales elegantes, adaptándose a espacios delimitados.

Su porte escultórico y la disposición simétrica de las hojas la convierten en un recurso valorizado en el diseño de interiores, especialmente en ambientes con techos altos y abundante luz natural. En áreas externas pavimentadas o de transición entre el interior y el jardín, la especie funciona como divisor visual, elemento de acogida o marco vivo para mobiliarios y estructuras.

Ejemplar antiguo, en el Jardín Botánico de Sydney, Australia
Save Ejemplar antiguo, en el Jardín Botánico de Sydney, Australia. Foto de

La Ave del Paraíso Gigante debe ser cultivada bajo sol pleno, aunque tolera la media sombra, especialmente en regiones de clima más cálido. En ambientes internos, se recomienda posicionarla cerca de ventanas orientadas hacia el norte o el este, asegurando al menos 6 horas diarias de luz indirecta intensa. La especie prospera en climas tropicales y subtropicales, con temperaturas ideales entre 18 °C y 27 °C. Es sensible a temperaturas por debajo de los 10 °C y no tolera las heladas, pudiendo sufrir daños irreversibles en condiciones de frío intenso. Los vientos fuertes pueden rasgar sus hojas anchas. La Ave del Paraíso Gigante demuestra buena resistencia a la salinidad y a la maritimidad, adaptándose bien a ambientes costeros.

El cultivo de la Strelitzia nicolai exige suelos o substratos bien drenados, ricos en materia orgánica y con un pH entre 6,0 y 7,5. En jardines, suelos arenoso arcillosos con buena capacidad de retención de humedad son ideales. Para cultivo en macetas, se recomienda una mezcla que contenga partes iguales de turba, perlita y arena gruesa, lo que garantiza aireación y evita el encharcamiento. La irrigación debe ser regular, manteniendo el suelo ligeramente húmedo, pero nunca encharcado. Entre riegos, es aconsejable permitir que los 2 a 3 centímetros superiores del suelo se sequen completamente. Durante el invierno, la frecuencia de riego debe reducirse. El uso de agua a temperatura ambiente, preferiblemente filtrada o de lluvia, es beneficioso, especialmente en regiones con agua dura o clorada.

Para el plantío de plántulas, es esencial elegir lugares con espacio suficiente para el pleno desarrollo de la planta, considerando su tamaño adulto. La fertilización debe realizarse durante la primavera y el verano, utilizando fertilizantes líquidos balanceados (NPK 10-10-10) diluidos a la mitad de la concentración recomendada, y aplicarse cada 4 a 6 semanas. La poda está limitada a la eliminación de hojas secas o dañadas, promoviendo la belleza y el vigor de la planta. El uso del acolchado (mulching) alrededor de la base ayuda a mantener la humedad del suelo y a controlar las malezas. En ambientes internos, el uso de soportes puede ser necesario para sostener el peso de las hojas en ejemplares más jóvenes o en macetas pequeñas.

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La Ave del Paraíso Gigante presenta buena resistencia a plagas y enfermedades, pero puede ser ocasionalmente afectada por cochinillas, pulgones, ácaros y trips, especialmente en ambientes internos con baja humedad. La inspección regular y el mantenimiento de niveles adecuados de humedad relativa (60–70%) ayudan en la prevención. El uso de un humidificador eléctrico puede ser interesante. Evite ambientes con aire acondicionado. En casos de infestación, la aplicación de soluciones de jabón insecticida o aceite de neem es efectiva.

Las enfermedades fúngicas, como las manchas foliares y la pudrición radicular, pueden ocurrir en condiciones de exceso de humedad o drenaje inadecuado. La prevención incluye el uso de sustratos bien drenados y moderación en los riegos. En ambientes internos, es conveniente remover el polvo que se acumula sobre las hojas de vez en cuando, utilizando un baño de ducha o pasando un paño empapado en agua. Cuando están en macetas, replantar cada dos años es fundamental para renovar el sustrato.

La multiplicación del Ave del Paraíso Gigante se realiza principalmente por división de matas, un método que asegura la conservación de las características de la planta madre. La división debe realizarse en primavera, separando cuidadosamente los brotes que surgen cerca de la planta madre. Cada brote debe tener el respectivo rizoma y raíces. Las plántulas deben ser plantadas en sustrato adecuado y mantenidas en un ambiente protegido, hasta que se complete su establecimiento. La propagación por semillas es posible, aunque menos común, debido a la latencia de las semillas y al largo período necesario para la floración, que puede variar de 3 a 6 años. Las semillas deben ser escarificadas y sumergidas en agua tibia por 24 a 48 horas antes de la siembra en sustrato ligero y bien drenado, manteniendo la temperatura entre 20 °C y 25 °C para la germinación.

Acerca de Raquel Patro

Raquel Patro es paisajista y fundadora de Planterista.com. Desde 2006 desarrolla contenidos especializados en plantas y jardines, ya que cree que todo el mundo, ya sean aficionados o profesionales, debería tener acceso a contenidos de calidad. Como geek, le gustan los libros, la ciencia ficción y la tecnología.